Entró por la ventana
y descubrió su hogar.
Un hogar que en realidad
no es el suyo.
Vuela incansable
con un zumbido atroz
que da como grima.
Vivirá casi un mes.
Para ella será tanto
como para mí
un siglo entero.
Durante un tiempo tendré
-sin que me cueste un duro-
mi propio animal de compañía.
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