Es como si corrieran venas de vida y de historia
bajo el empedrado, y el olor a hierbabuena nos
saciara de luz y la alegría de las voces anónimas
se instalara en el interior de un recuerdo ya por fin
olvidado. Esta mañana de pájaros azules nos distrae
con sus cabellos de sol y sus palabras de novia.
Nada hay más hermoso aquí que este silencio
de paisajes y de abriles que nunca han muerto,
que nunca morirán. En el rumor del agua yo
escribo tu nombre, ese infinito nombre de
arena y espejos que por ti existe.
martes, 19 de julio de 2011
miércoles, 13 de julio de 2011
Un poema de Blanca Andreu
Tengo la suerte de ser paisano y coetáneo de esta poetisa a la que admiro. Este es uno de sus poemas más conocidos incluído en un poemario que dejó huella: " De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall" (1.980)
AMOR MÍO, AMOR MÍO, MIRA MI BOCA DE VITRIOLO
Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo
y mi garganta de cicuta jónica,
mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere
por los desiertos de tomillo de Rimbaud,
mira los árboles como nervios crispados del día
llorando agua de guadaña.
Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,
también en la capilla del espejo esto veo,
y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra
Alejandría
ni escribir cartas para Rilke el poeta.
AMOR MÍO, AMOR MÍO, MIRA MI BOCA DE VITRIOLO
Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo
y mi garganta de cicuta jónica,
mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere
por los desiertos de tomillo de Rimbaud,
mira los árboles como nervios crispados del día
llorando agua de guadaña.
Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,
también en la capilla del espejo esto veo,
y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra
Alejandría
ni escribir cartas para Rilke el poeta.
miércoles, 6 de julio de 2011
Narciso
A veces soy la conciencia de otro, el que jamás
besa su sombra.¿Por qué en el bosque no hay cristal
de oro ni brillos de nenúfar? Llevo la piel cálida
del designio en mi corona. Un cuerpo como un céfiro
de vocales sin mar, una raíz en mi sol. Ella se recoge
en su extrañeza y habla con la esgrima de la elipse
y el rencor. ¿Qué profecía rasga el tímido manto de un sueño?
Oh dios dame un reflejo de sal, una perla sin noviembres
ni hastío. Algo que renazca en mi sed
como una flor de agua.
besa su sombra.¿Por qué en el bosque no hay cristal
de oro ni brillos de nenúfar? Llevo la piel cálida
del designio en mi corona. Un cuerpo como un céfiro
de vocales sin mar, una raíz en mi sol. Ella se recoge
en su extrañeza y habla con la esgrima de la elipse
y el rencor. ¿Qué profecía rasga el tímido manto de un sueño?
Oh dios dame un reflejo de sal, una perla sin noviembres
ni hastío. Algo que renazca en mi sed
como una flor de agua.
martes, 5 de julio de 2011
A veces sueño con palacios árabes
Nadie pronuncia la sed del gusano. Hay un reloj
de esferas celestes y una estatua de negror y espectro.
El autobús serpentea entre calles dormidas. No
ha sido noche la fe, ni en el crepúsculo las hojas
sobreviven heridas de cansancio y alud.
Arriba el planeta rojo, esa huella que los jardines
no matan, el huerto y el olivo, la garganta de
los naranjos con su aljibe y su sol.
Me duele el llanto triste del animal, sus ojos
son de vidrio, sus enigmas me rozan y no
alcanzo a entender el oficio del profeta
que temió la máscara o su luz.
Es hermoso el perfil del óxido, la duda que penetra
mi edad, la magia que imagina tu música entre
timbales y frescor.
Y el agua como manantial de cantos y las dalias
o los altos pinos y ese deletrear de campanas en el
oasis de las hojas que vigilan tu alba.
Aquí el jardín y en el vómito la razón de la espada.
Me gusta el espejo impar de las fuentes, tu cal que
maquilla la piel del tiempo o acaso el murmullo
de las cuevas sin alma que excitan la virtud
de los dioses.
Mi cuerpo se sonroja y ya no entiendo el pavor
que fluye del mármol o el hemisferio que espía
en el círculo azul de los tejados.
Tú y tú tras la memoria insigne, las rótulas blancas
en los mocábares, el rey con su brazo de nieve
como un cometa que deshojó la noche.
Si alguien menciona el paraíso yo diré
la alfombra roja del sueño.
de esferas celestes y una estatua de negror y espectro.
El autobús serpentea entre calles dormidas. No
ha sido noche la fe, ni en el crepúsculo las hojas
sobreviven heridas de cansancio y alud.
Arriba el planeta rojo, esa huella que los jardines
no matan, el huerto y el olivo, la garganta de
los naranjos con su aljibe y su sol.
Me duele el llanto triste del animal, sus ojos
son de vidrio, sus enigmas me rozan y no
alcanzo a entender el oficio del profeta
que temió la máscara o su luz.
Es hermoso el perfil del óxido, la duda que penetra
mi edad, la magia que imagina tu música entre
timbales y frescor.
Y el agua como manantial de cantos y las dalias
o los altos pinos y ese deletrear de campanas en el
oasis de las hojas que vigilan tu alba.
Aquí el jardín y en el vómito la razón de la espada.
Me gusta el espejo impar de las fuentes, tu cal que
maquilla la piel del tiempo o acaso el murmullo
de las cuevas sin alma que excitan la virtud
de los dioses.
Mi cuerpo se sonroja y ya no entiendo el pavor
que fluye del mármol o el hemisferio que espía
en el círculo azul de los tejados.
Tú y tú tras la memoria insigne, las rótulas blancas
en los mocábares, el rey con su brazo de nieve
como un cometa que deshojó la noche.
Si alguien menciona el paraíso yo diré
la alfombra roja del sueño.
lunes, 4 de julio de 2011
Ahí ven o Maio
Hoy me dedico a mí mismo esta canción de Luis Emilio Batallán sobre un poema de Curros Enríquez. Y lo hago porque me da la gana, porque nací en Mayo y porque-no podía ser de otra forma-ese es mi mes favorito.
sábado, 2 de julio de 2011
Dieciséis años
Volver a la luz desde el fondo del abismo.
Y jugar con niños azules a la bondad y a la lujuria.
Mi cuerpo al que le han crecido alas para
ser el pájaro de la ilusión, su figura alegre.
Y el amor con sus serpientes blancas viajando
en trenes nocturnos hacia los ojos de un cristal mudo.
Y jugar con niños azules a la bondad y a la lujuria.
Mi cuerpo al que le han crecido alas para
ser el pájaro de la ilusión, su figura alegre.
Y el amor con sus serpientes blancas viajando
en trenes nocturnos hacia los ojos de un cristal mudo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)