sábado, 30 de diciembre de 2023

Me posees como ola

 

Desde los abecedarios de la luna llega tu sombra.

Convertida en muralla tu cintura, sin las alas del ángel,

terrenal como un tallo duro y altivo, joven como la aurora

al morir la noche, lejos del fósil herido por el sol de agosto,

apareces con el resplandor de la tormenta, con el aire tibio

de tu nombre, con las rosas alegres de tu canto en los alféizares

de la memoria, con el vino rojo de la luz en los párpados, para

ser la canción viva que llena de rocío mi piel, la ola que humedece

mi voz cuando desde el silencio te llamo, la espuma que derrama

en mi pecho el frenesí de tu cresta, el rizo de tu sal, colmándome.

 

jueves, 28 de diciembre de 2023

Arde el clamor


Se ordena el pulso de la noche y los capicúas del rocío
caen desde los abedules tristes, brotó el alacrán
de la voz perdida del ángel y vino el rosario inclemente,
su salmodia blanca vela el tapiz de mis ojos, el color
se astilla en efluvios de luz y las mandrágoras crecen
hacia los espejos, bajo la luna los cactus floridos
y la vivaz permanencia de lo ignoto.

Crían las abejas soles de miel, ordenadas como sillares de pálpito
en sus hexágonos perfectos, y muere el llanto en las cortinas
y mi voz es azul como un cielo húmedo que funde en mi boca su perfil.

Un frenesí elíptico es la llama de tu ser, te acercas con los pechos grandes
como islas de leche, y yo escucho a la sed de mi sexo que implora por ti
en la penumbra, mientras mis manos acogen la blanda piel y al fin
arde el clamor entre las sábanas como una fiesta senil.

martes, 19 de diciembre de 2023

Otra noche en el "Gallo de oro"

Enciende la luz amarilla, responde a la voz oculta, la lágrima en el vaso y un corazón de Jesús en tu nombre, la verdad de un músculo que no sufre la densidad de ninguna materia, la música es un soliloquio de perlas encendidas, en la mesa de boj los codos y las manos como serpientes ágiles y la estatura de mi voz, el sudor que ensucia el vidrio, la ginebra tan clara como un mar blanco, el desorden en mí y la luna que nadie ve, los restos del alma, el fingidor con su palabra de merengue y caramelo, la savia en las venas y sobre nosotros el humo en procesión, la corona de los diálogos, el curvo gesto de Manuela, la risa agitada de Luis, la melancolía en el rostro de Palmira, la maldad implícita de Roque mientras chupa a fondo el ducados, y yo solo ojos, mirada, mi boca muda, cremallera que no puede abrirse aunque el temblor del labio pretenda rasgar la hendidura, otro wiski pide Juan, ya tan temprano, colores de neón, fluorescencia, espejos ahítos de luces artificiales, botellas en fila como soldados ebrios, de caoba el mostrador, pinturas abstractas en las paredes de roca, el ritmo de samba, la médula del cantautor derramándose en canciones tristes, la cicatriz del camarero en su mejilla de gánster, los pechos grandes de Laura bajo el organdí de la blusa, la luz ámbar de un foco que ilumina el azul cromático de un jersey olvidado, la rosa que a Eugenia le regaló su novio, el chocar de los vasos, un espasmo de atmósfera viciada, los lavabos semiabiertos, otra vez la misma canción, a la misma hora, en idéntico segundo, ha sido Ángel, y un pensar de pájaro que me lleva al sur, al ártico, a la jungla, a cualquier sitio que no sea este espacio que se repite como un eco de música y palabras, es otra noche en el “Gallo de oro”.

domingo, 17 de diciembre de 2023

Dos poemas breves

 I


La armonía extiende sus largos cabellos sobre la vida.

Y se alejan el cansancio y la duda, sin dejar huella,

como pompas volátiles o suspiros que nadie oye.

Y ya todo es luz sobre los campos heridos del sentimiento.

Un sol antiguo vuelve a ti para abrazarte y tú lo recibes

con la gratitud profunda que brota desde el corazón de tu alma.

II

Y de pronto el viento en los árboles

como una canción de primavera.


Sabes que ya no soy pájaro de luna,

me llama el sol y crezco hacia la luz.


Soy espiga y flor que añora el silencio de las estrellas.


Ha cesado el viento en los árboles

y con él la canción de abril.

viernes, 15 de diciembre de 2023

Dile

Dile al viento que no finja un aullido,

a la noche que descubra cómo dar luz a las sombras.

 

Dile al ruiseñor que no cante

pues su trino despierta el corazón del silencio.

 

Dile a la luz que exista a todas horas

como el tiempo en los relojes.

 

Dile al norte que nunca será el sur,

al oeste que nunca saldrá el sol  

por el cristal de sus ojos.

 

Dile a la vida que aquí estoy yo

como un muro contra el miedo.

 

Dile a la esperanza que cuente conmigo.

 

miércoles, 13 de diciembre de 2023

El río que somos

 

El racimo de la luz crece en la colcha blanca.

 

Agosto nunca fue lluvia.

 

Y canta el pájaro entre el ramaje

y llegas tú con el pan recién hecho

y una sonrisa en los labios

y te abrazas a mí como proclamando tu amor.

 

Yo me dejo llevar hacia tu cauce para ser agua común

de un río que nos arrastra juntos al olvido.

 

lunes, 11 de diciembre de 2023

La derrota de la niebla

Atravieso la página en blanco,

húmeda como una lengua inasible.

Ver la luz solo en el gris de la ceguera,

así, desnudo, alzarme igual que un niño entre la bruma,

soñar que es tu silueta ese cuerpo que se esconde de la claridad,

compartir la nostalgia de la nube por un cielo perdido

cuando derrotada ya es tan solo un coral esponjoso,

un mar de gotas sin paz, una caricia de náyade,

diez mil cabellos líquidos sobre mi piel que se baña

en su pureza de flor aún viva.

 

 

lunes, 4 de diciembre de 2023

Iluminado

 

Desde las cenizas del invierno se levantará el fuego de la luz

y recibiré el amparo de la claridad. Nunca más llegará a mí

el rocío oscuro, la sed negra de las sombras, porque todo yo

seré vida en la luz.

 

viernes, 1 de diciembre de 2023

La trinchera

 

Hay algo en mi interior que resiste como una trinchera,

es la memoria de la vida y es el ángel

que en el presente me ayuda.

 

Tristeza

 

He sido vida y resplandor.

 

Después de sesenta y cuatro años ya no soy yo.

 

Atrás quedó un semáforo verde que de pronto se ha vuelto rojo,

igual que el pájaro que, sin querer, se estampa contra el muro de su verdad.

 

 

jueves, 30 de noviembre de 2023

La seducción

 

Creí que el tren era tuyo porque parecías cabalgarlo

como una yegua experta. Los noviembres no existen

en el papel de tu libro abierto, el cristal desdobla tu perfil,

la luz del vagón es un regalo de flores amarillas que no había

visto nunca, en el silencio solo fluyen los pensamientos,

los tuyos llegan a mí sin querer, son río y manantial

que mi cauce ordena, son la azul mariposa del deseo

viajando lenta, en círculos, en espiral, hacia mis ojos

que apenas ven tu espalda, el color de tu vestido, la sonrisa

camuflada, el juego de la seducción en treinta y cuatro minutos

de viaje. Tan cercanos tú y yo, tú que eres un cuerpo, y yo tu sombra.

 

viernes, 24 de noviembre de 2023

El faro de tu luz

 

Irradias todavía un incendio

rojo por donde asoma mi alma,

un ardiente pulmón de estrella voraz,

un rayo que recorre las células de mi ser

y me da la vida y me da el aliento para

seguir en las horas ciegas. Continúa

junto a mí el faro de tu luz, alumbrándome.

 

jueves, 23 de noviembre de 2023

La ciudad del apóstol

 

Era mi sombra quien caminaba este día de otoño.

Recobré la memoria del tiempo,
la del tren que unió los silencios,
la de la luz sobre los árboles,
la de las hojas caídas,
arremolinadas por un aire de octubre.

Caminé la estrecha rúa que antaño eran solo cantinas,
hoy restaurantes de diseño con menú del día,
tiendas de souvenirs donde el peregrino
compra un sueño, el azabache y la plata tras el cristal,  
alguien-hombre o mujer- reproduce ante un grupo sin forma
su salmodia de guía con voz de arcángel.

Y yo le sigo, hasta el altar barroco, en la bancada
restos de un lenguaje conocido, extraño aquí,
portugués, quizá, por el dulce arpegio que sube y penetra
la hendidura del órgano.

Le rezo al Dios que aún no conocí y soy murmullo de soliloquio,
resplandecientes la bóveda y el santo, los turistas como un enjambre
de abejas multicolores disparan sus flashes, los móviles
son ametralladoras que matan el fulgor de la vida.

Al salir conté los peldaños de la escalinata-veintiuno-,
la fuente seguía allí con sus caballos de piedra,
de sus belfos manando hilos de agua que lloran.

Tú que fuiste lluvia hoy llegas hasta mí
con el manantial del amor oculto bajo tus labios,
como en el febril ayer, cuando la música te pertenecía,
como te pertenecía, también, el eco gris de mi nombre.

martes, 21 de noviembre de 2023

Pájaro de tu luna

 

En las horas donde el silencio se viste de negro

tú regresas con la palabra del ángel.

 

Y al escucharte me crecen alas

que están aprendiendo a volar.

 

Sin ti el azul no existiría,

ni la belleza del crepúsculo,

ni la luz que me da la vida.

 

Por eso, yo, pájaro de tu luna,

te nombro en las noches rotas.

 


domingo, 19 de noviembre de 2023

Habitación de hotel con vino rojo

 

Ágil estatua que se orilla hacia el mar.

 

Vestida de ángel y de iglesias sin atrio,

en tu faro de espuma los peces rondan igual

que nubes de silencio, lo mismo que mariposas de infancia.

 

Me señalas un astro viril, la luz de Júpiter es un ojo fúlgido,

las olas caen sobre el rocío de la noche.

 

Bajo tu abrigo hay góndolas que no despertaron como lapislázulis,

leones tristes dormitan en los dibujos de tu sábana.

 

Y en el paseo marítimo, al caer la noche, caras de viernes

y bicicletas raudas como un disparo, un epicentro

de gaviotas forma un círculo porque no ven la línea  

brillante que un barco, sin luces, traza, al regresar.

 

Es muy tarde para el vino rojo, pero bebemos,

intensamente bebemos, hasta que el olvido llegue

con sus cadáveres de invierno, con su jardín helado por la luz.

 


viernes, 17 de noviembre de 2023

Tu espejismo

 

Eres la cruz del sur para mi navío perdido,
el árbol único que me da sombra
en el páramo de los días,
el color que sobre el negro escribe canciones de esperanza,
el manantial de vida que hace del tiempo un oasis.

En ti hay un mar por donde navega el pálpito
de mi corazón, un río caudaloso entre desfiladeros,
una raíz siempre fértil, aunque la sed de la desgracia beba
de tus ramas jamás te agotas.

Me das la palabra que no duda,
el infantil ejército de tu cariño arrasa mi timidez de ciervo,
en tus ojos el resplandor es un lago de constelaciones azules
donde se acuesta mi noche.

Te abanicas con el papel de los calendarios,
tu abril es eterno, y cuando te desnudas,
como una maga en tu alcoba sin luz, floreces.

Todavía sigue aquí tu espejismo.

jueves, 16 de noviembre de 2023

El baúl

 



Fui devoto de Lee, nunca de Wrangler.

 

Usé fulares que brillaban en la noche,

chaquetas de borrego, botas altas 

y con la lluvia la inevitable gabardina

que intentaba parecerse a la de Colombo.

 

Jerséis de lana de distintos colores,

mi madre y sus agujas de plástico

me vistieron de un arco iris eterno.

 

Odié las camisetas de tirantes

desde que vi a Brando en un tranvía llamado deseo

martirizar a la desquiciada Blanche.

 

Mi ropa interior no tenía dibujos,

era lisa y blanca como de anuncio

de un popular detergente de los años setenta.

 

Pantalón de pana y americana a juego en las reuniones del partido,

yo solo quería ser el más progre entre los progres,

parecerme a Felipe González.

 

Abro el armario y no veo ya mi juventud en su interior,

hay un vacío que se llenó de prendas oscuras,

de tejidos sin alma.

 

En un baúl del sótano quedaron las otras, cuando crezca Juan

se las enseñaré, por si alguna tarde aburrida

él quiere vestirse de mí.

 

 

 

 

 

miércoles, 15 de noviembre de 2023

El espejo

 

El espejo de mi casa es mi mejor amigo.

Él recuerda lo que ya no soy, y me habla

con su voz melancólica de una piel perdida,

de unos ojos grandes que miraban al horizonte

como pájaros invencibles, de un esqueleto alzado

sobre la columna de los días, de una sonrisa

que volaba con alas de futuro, de un trino

en mi garganta de ave libre, del resplandor

en mi rostro que el espejo me devolvía

como un diamante azul. A veces cubro

el azogue con mis párpados caídos, por

no ver el silencio ajado que me acompaña,

la naturaleza de un cuerpo que ya no

encuentra su antigua faz en la cara lisa

del mercurio. Y sin embargo me levanto

cada mañana y voy a su seno, en él está

mi vida, mi luz y mi esperanza. Que nadie

se lleve el espejo de mi casa, que nadie

me deje sin el mejor de mis amigos.


martes, 14 de noviembre de 2023

El imperio de la lluvia

 

¡Ah! qué pájaros de lluvia asoman en el cenit,

mi camisa de rojo carmesí fue flor en el seno de un jardín,

vi la sonrisa de la nieve en la fría losa de un aula,

amé a las estatuas por su mástil eterno

que se alza incontestable, en el silencio del aire,

bajo pérgolas de gloria, sin que las alas del tiempo

rozaran su máscara de mármol, de hierro, cobre o estaño

¡son tantos los rostros que saludan a la lluvia, al sol,

a la intemperie gloriosa, al ajedrez de las plazas

donde tu pisaste la ceniza del rocío!

 

Desnudo, quiero estar desnudo ante el beso de la lluvia,

gotean las gárgolas, mil hilos de agua estéril

descienden por la fachada gris de la catedral

que acoge hálitos de peregrino en sus agujas góticas,

en su ábside, en su rostro espiritual de hornacinas y musgo,

en el pórtico ennegrecido por la absurda negación del tiempo,

en los caños de la fuente, en la boca donde cinco yeguas

vierten indolentes calderos de lluvia, río sobre río,

catarata de abril, murmullo de manantial en la fría piedra

que embalsa en un abrazo de acuario virgen su caída,

infantil luz del crepúsculo que dora los corales

con espigas de sol-los peces son de oro

por un instante, nada más-.

 

Y yo crecido desde el charco más pequeño,

linterna líquida con palomas mojadas

vertiéndose en una luna seca y febril,

y ese alfanje que es como un dios de lujuria,

el reflejo lumínico de una voz que ahora recorre

el corazón de la borrasca y me salpica con su ansia oscura

de animales en celo, con el rubí de su fluido,

mientras el alar me protege de este chaparrón

que cae sobre mí como un alud de rencor y aguas,

su frenesí es una bofetada que me baña de luz y lluvia.

 

 

 

 

 

 


sábado, 11 de noviembre de 2023

La casa viva

 

He vuelto a la casa viva.

 

En el papel pintado de mi habitación

hay nombres que nunca serán olvido,

tras los espejos viven los rostros familiares

como huellas de un ayer mudo,

el alma de los muebles agita sus manos

para decirme que siguen aquí sus días,

las ventanas abiertas traen ese olor a mar

que es el mismo que aún guardo en mi memoria,

el teléfono dejó su huella en la pared

con la voz antigua de las amistades perdidas.

 

Si cierro los ojos escucho un latido lejano

que repite una y otra vez vuestros nombres,

es el latido que todavía resuena

en el fondo de mi corazón.

 

Porque esta casa jamás ha muerto,

porque esta casa sois vosotros

que nunca os habéis ido.

 


viernes, 10 de noviembre de 2023

La peluquera

 


Se inclina como abril sobre la tierra seca,
sus manos son dos alas que acarician la sed
de mi pelo, del peine brotan semillas que regalan
a mi rostro un perfume extraño, su cuerpo de carne
viva enciende un candil en la flor de mi sexo. Hay
un panal de arrullos en la extensión de sus brazos
y una música inaudible en su boca cerrada, el carmín
de los labios da calor a mi mejilla al abrir su cerrojo
en la proximidad del aire compartido, un leve
olor acre de axilas perfumadas me rodea,
en el espejo se descubre desnuda, desnuda bajo
la bata que ya es piel, ansia y fulgor de hembra.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Vista cansada

 

Solo adivino el trasluz, la vida es una metáfora

donde el recuerdo tiene mil colores, mis horarios

de tarántula no ven la claridad que se expande

como una sábana de amor sobre la piel aún

abierta a los círculos de los relojes. De repasar

los ritos que son carne de este árbol sin hojas,

me queda un llorar de pájaros y una nieve

prendida a tu nombre ya borrado por el agua

de un abril misericordioso. Mi vista me aleja

de la luz, en mis anteojos de plata viven los ecos

de una voz que recita fechas y calendarios junto a un mar

que murió en los párpados de una canción sonámbula.

Y ahora vuelven las habitaciones encendidas por tu cuerpo,

los mapas que no conocieron otro río que la desnudez ágil

de un oráculo, la fogatas que crepitaban en las noches

de julio, el discreto perfume que desprende el arco

donde tu oreja es un istmo de diamantes rojos, el breve

carmín de la duda en la que estalla el ruiseñor del ansia

sin un dique que contenga su trino febril. Pero, detrás

de mis gafas de nácar, la edad es un muro y ya no hay serpentinas

que vuelen sobre este cielo que se agota, se agota, se agota.


martes, 7 de noviembre de 2023

El vientre de tus párpados


Te descubro siempre que abro los ojos

y mi pensamiento no está aquí

sino en la llamarada de la vida donde fuimos

el sol que quiebra la dureza de los horóscopos

con su señal de agujas en la intemperie del azar.

 

Eres la luna dormida entre el silencio de las rosas,

te veo en la candidez de un perro que se aproxima

con tus mismos ojos de paz, a menudo tu ritual

de niña insomne me acompaña si al brotar

el rojo del alba al fin te duermes.

 

Dejamos en la ceniza de las horas una sed de infinitud

que vuelve a mí cuando el desvelo cruza la flor

de las historias que sobreviven a los espejos.

 

Hay un carrusel que me recorre, un almanaque furtivo

que ya no es, pero sus fechas son de plata

y brillan como un corazón que tuviera

eternamente una luz de faro antiguo

que jugara con las olas infantiles de agosto.

 

Si escucho tu voz, el acento de tu voz, la magia de tu voz,

el mapa de tu voz, los sonidos me llevan a las orillas de la edad.

 

Hay un túnel que no logro olvidar, entonces el fulgor de la juventud

me ilumina y bajo la fe del recuerdo seguimos juntos

como si en nuestras venas un solo latido alegre

nos nombrara y fuéramos el aire que va del hoy

a los instantes en que el resplandor nos cubrió

con un ala que todavía esconde su desnudez de rayo

en el vientre de tus párpados, que jamás se abren,

a no ser que yo te mire.

 

 

lunes, 6 de noviembre de 2023

Desde mi soledad

 

Fuiste un guiño en la tarde de abril. Había mariposas
azules alrededor de la plaza, el aire fue un saludo
sin memoria, pero yo distinguí tu forma, el color
que a veces te acompaña, el perfil que buscaré bajo
los soportales cuando la lluvia sea un dios. Todos
los trenes lucían tu nombre, de cualquier pilar
de una fachada eterna brotó una sombra a tu paso,
tu rodilla dulce me dio un sur cálido como
un refugio en el más crudo de los inviernos.
El clavecín del alba aún te invoca y son mediodía
los pájaros que no conocen tu albedrío. Tú
lo mismo que yo, somos ausencia, pero pervive
ese rumor de olas que te acompaña, el ángel
de los sueños ha llorado por ti y, mientras yo
desde mi soledad, aún me pregunto por tu suerte.

sábado, 4 de noviembre de 2023

Dos poemas sin título


I

 

Las llaves de mi casa son para ti.

 

Ahora mi casa es tu casa,

nuestros nombres uno,

la única sombra que existía

por fin tiene compañera.

 

Quererse es compartir lo que amamos,

como una flor que mañana será olvido

este color que de nosotros brota hasta la luz.

 

Y allí se queda un instante

igual que el parpadeo mínimo de un astro

entre las constelaciones infinitas.

  

II

 

Llegaste con perlas en los ojos

y el níquel del futuro entre las manos.

 

Se abrieron los visillos negros

y tu imagen fue resplandor en la esfera del cristal.

 

Nació la ilusión como un fruto dulce

y la mirada buscó el horizonte de los viajes por nacer.

 

Y rodó el anillo del tiempo bajo los soportales del azar,

de tu desnudez aprendí la geografía sutil del amor,

de tu voz el arpegio que se escucha en el fondo de la niebla,

de tu deseo la furia inagotable con que una piel

se adueña de otra piel.

 

Continúa conmigo como un sol de paz,

nunca dejes de amanecer en mi larga noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


viernes, 3 de noviembre de 2023

La ciudad de las olas me habita(dedicado a mi ciudad A Coruña)

 


Es un mar, un faro, una verdad en mí.

De cristal su ombligo donde el sol se desnuda

a veces. Un yunque de arena recibe a la ola

amante desde su trono labrado por el tiempo.

En mis ojos su abril de espumas y diques antiguos

se desdobla como un canto de amor, la serena

quietud del espigón igual que una cicatriz sin

patria se vierte en mi piel para ser el índice

que divide el cabello de la corona líquida.

Mi nombre de lluvia riega el cansancio

de la estatua, galerías donde los barcos

son, por fin, azules y rojos. Un silencio

de peces mudos recorre las calles, mi casa 

está llena de olas porque mi casa es el mar

de la vida. Y es que yo sé que esta ciudad 

siempre resonará en los latidos de mi corazón.