sábado, 31 de mayo de 2025

El indeciso

 

No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio”

El mito de Sísifo. Albert Camus


Un solo por qué o muchos por qué, o ninguno.

Busco la razón donde hallar la respuesta, la lógica

son palabras pero necesito descubrir en mí el agua

que atenúe el dolor o la llama que lo avive;

en la soledad de este cuarto, en el centro

de lo oscuro miro en mi interior y veo relámpagos

ciegos, carne abierta, heridas que sangran todavía

junto a la memoria de los instantes en que la luz

brilló como una estrella que iluminaba el espacio

y el tiempo que habité, proseguir desde el revés

del faro viendo el recorrido que dejaron mis huellas

en la bruma, ya no es el humo una cicatriz en mi vientre,

lejos los ritos de la felicidad, cercano el alud que llegará

desde la savia joven que ha dejado de ser mía; me duele la rosa

negra del tiempo, el cíclico fluir que ha dejado de acompasar

mis latidos. ¿Continúo o ceso?,¿salto al ver el abismo?,

¿me remanso como un río que atisba el mar tan próximo?,

¿se trata simplemente de lucidez o de temor?, ¿qué es lo honesto, 

¿dónde el sentido que atestigüe la elección correcta? Soy negrura, 

silencio, extraños ecos llegan cuando respiro, la noche me ama

pero yo no amo la noche, es fácil dejarse ir, un segundo

y se cerrará el portal de mis ojos para siempre, y sin embargo

qué belleza hay en el firmamento, luceros que anuncian el alba,

esta luz de luna que atraviesa mi hogar pétreo, cualquier

hombre o mujer, en el momento más inesperado notará 

cómo la fiera del absurdo hinca su dentadura en lo hondo 

del corazón, entonces verá una balanza ante sí, lo bello 

o lo triste, la madurez de lo extraño o la voz del instinto,

¿Quién conoce la verdad?, ¿quién no equivocará su suerte?,

¿qué es lo que pesa más en el alma? Pájaros negros se alejan,

el silencio aquí es de cristal, una vez más no he podido

enfrentarme ni a la luz ni a la sombra. ¿Qué ocurrirá mañana?









viernes, 30 de mayo de 2025

Mi hogar

 

Abre las puertas, las ventanas, los balcones

a la luz incolora, porque soy tú, guardián

de los tesoros que viven dos veces:

en el recuerdo y en la fiel realidad

de la materia, porque tu única llave

son mis ojos y tu único ser el desnudo

de mi sombra, porque te anuncias

sin avisar a la manera de los niños

alegres, porque estás aquí dentro

de un corazón que vibra con la

voz fértil de la añoranza.

jueves, 29 de mayo de 2025

Cosas del verbo estar

 

Estoy, palpo,

veo lo real

que un día 

proseguirá

sin mí.


Estuve y de lo que fui

soy recuerdo,

sin carne, sin voz,

dura el alma.


Estaré o no

y hasta cuándo,

el futuro es solo

un presente

que sueña.


miércoles, 28 de mayo de 2025

La lluvia del alba

 

Hay palidez y sueños que rompen el cristal de los paraísos

invencibles, pondré flores de azahar en las vías oscuras

de la quietud, allí en el templo sin música, bajo un mar

de lluvia tenue la canción regresa con tus labios

que acompañan el clamor del frío, solo el candil

en la lejanía marca el sendero por el que naufraga el viento

de la noche, bustos de alba asoman entre las candilejas

con su luz ambigua y es como si la vigilia de un faro

encendiera para mí las luciérnagas viajeras de la ficción,

un coro de alientos húmedos, una nube celestial

que irradia luz con hilos de púrpura es la bandera

que mecida por el aire abandona sus límites,

agita su vientre sin color, blancura del insólito

amanecer, y en el corredor de mi pupila el eco

de tus pasos, la sintonía del canalón vertiéndose

en océano sonámbulo, la hiedra en tu vestido

por fin verde, la soledad de las plazas y este tren

de la memoria donde viaja el efluvio de un aroma

que se perderá como se pierden las cenizas al abrir

la mano que guarda, sin pudor, las alas azules de un sueño.

Volver

 

Volver a la íntima luz del ocaso,

a la baranda del sosiego entre el rumor del ramaje y el trino del agua,

volver a los jardines donde habitan las flores del silencio,

volver a la lluvia que moja las huellas tras la nieve,

volver con los espejos desnudos y ninguna imagen

en su piel borrada por la cal del olvido.



lunes, 26 de mayo de 2025

Camino del mar

 

Tú serás el pájaro que atraviesa la lluvia,

el flujo que acompaña al agua de mi río,

el nombre que habita en todas las cosas

que van al mar y allí se vuelven recuerdo.

domingo, 25 de mayo de 2025

En lo hondo

 

En lo hondo, en lo oscuro la luz dimite.


Basta un temblor en la epidermis del tiempo,

la hilatura que quiebra el tejido con el roce fugaz de las horas sin patria,

la lentitud que remansa el latido de un orgullo que ya no es el rayo

que cruza como pantera de luz las sombras de la noche.


Y crece el alfil del desaliento como raíz de un árbol que atraviesa

el surco que amaneció en los vértices de una piel ajada.


No hay agua que reviva en la quietud feral de tu pozo

ni oasis en la pared donde dibujaste las sombras

que niegan el olvido.


Solo tu voz se mantiene firme cuando el recuerdo anida en el corazón

y alza con alegría sus plumas como un pájaro que aún vuela

sobre las olas de un mar antiguo.

sábado, 24 de mayo de 2025

Un día en Caesar Augusta




Así aprenderás que la luz se escancia

como zumo de miel sobre baldosas sin sueño

en los atardeceres del olvido.


Cantos de farolas que hilan su collar al bies de una melancolía

que reluce en los cristales, crucigrama de espacios,

calles que llueven desde la rosa de los tejados

y su lágrima de pétalos azules.


Campanarios donde resuena la voz antigua de la taifa,

susurro del cierzo en la ventanas

y una sombra que une las paredes

como si respiraran el alma sagrada de la luz.


Y olerás un suave perfume a laurel,

la peonía habla como un pájaro que sabe el idioma invencible del tiempo,

clamor de palacios con sus torres como vientres fructíferos,

arcos que dibujan lóbulos de flor,

retícula que enreda las señales arcanas con artificio de yesería y estuco;

el aroma del naranjo, el devenir del agua en trino fugaz,

hay risas y tradición de juegos bajo los dinteles de roble.


Como en cualquier lugar las palabras fingen ser palabras desnudas,

verás un río que nunca fue espejo claro,

como sangre altiva envuelta en oro brotan los rizos de su caudal.


Descubre la diadema de los puentes y la cresta al sol de las iglesias,

el culebreo de las hojas de los álamos, la armonía sin dueño del agua furtiva...


Y al fin tendrás memoria del corazón de una Virgen

que es rumor que se escucha sin que ore nadie,

solo canto en los himnos del pensamiento,

en la carne de una ciudad de acento viril y cariños sin sombra

que llegarán a ti desde los arpegios de una música

que viaja con el aire como viaja la luz

por los senderos sin hogar de la transparencia.















sábado, 17 de mayo de 2025

Perderse

 

Perderse como ayer, en el minuto de la luz o en el minuto

de las esquinas negras, anunciarse fósil que recibe bajo

su pedestal roto la canción sin voz de las fuentes dulces,

seguir a la hoja desprendida del árbol azul en su trayectoria

virgen de pájaro sin alas, y llegar al hilo que dejaste para mí

en la sed del manantial con la lágrima de los caballos caída

en surtidor de agua sobre el vientre circular del mármol,

perderse bajo el crepúsculo, sin la música que brota de tus ojos,

sin el cáliz de tu cabello bruñido de sol, sin las pestañas de la lluvia

abriéndose como ramas que sesgan la luz gris con su lloro infantil

de maná fértil, perderse hacia el polo sur de los espejos, en la noche

sin azúcar, en el hielo de tu sombra, lánguidamente diluido

en un rastro de luna junto a los márgenes del ámbar y el rojo

colibrí que trina amistad, sin las palabras ciegas del compromiso,

sin el asomo del fervor en los labios, antes de que a mi ansia

llegue el perfume letal del deseo, antes del silbido que aúlla

en los pórticos donde una estatua me recuerda el perfil

pétreo de tu insólita nada.


Desde tu ventana

Te abres a la vida como una invisible sed de párpados abiertos.

Pero solo encuentras lo más próximo: los automóviles estacionados ante tu portal,
los naranjos de la avenida, la gente que repite sus rutas de horarios sin alma,
el tráfico que fluye como un río, el juego de colores que palpita en los semáforos,
los niños a las puertas del colegio, los saludos intrascendentes de la vecindad…

Te gustaría ver más allá de tu mirada: los cráteres de la luna,
la lava de un volcán que revive después de mil años,
las islas de coral, el polo sur, las montañas más altas del mundo,
el abismo de los océanos, el amanecer de los desiertos,
la estrella fugaz que recorre el telón de las constelaciones,
los palacios de oriente, las cascadas que irisan la luz,
los fiordos del norte, la Atlántida bajo un coro de sirenas...

Lo cierto es que desde tu ventana nunca podrás ver tus sueños.

jueves, 15 de mayo de 2025

La máscara que no dejas ver

 

No ocultes la tez púrpura, los rasgos que se adhieren

a tu nombre, el coral y el cartón pintado, la porcelana

en los pómulos, las brillantes perlas, el símil del alma

bajo el árbol de la pantomima, el rostro que renunció

a la inocencia del niño, el irreal parpadeo de tus ojos

maquillados por una música que arroja su rigodón como

un maná en la corteza del baile, la cortina que se ajusta

al perfil, el paño húmedo que amanecerá duro entre la piel

y el envés de un retrato, el misterio que hunde su raíz

en el enigma y da un fruto camuflado por los tintes

de una luz artificiosa, el trampantojo de vestir la desnudez

con la faz adolescente de un cómico o de un travestí,

la voz que muda al compás de unos labios sin carne,

las órbitas abiertas donde los ojos son la única luz,

esa otra piel que nunca mostrarás a los espejos

de la vida, siempre tú y la noche, siempre la sombra

bajo un sol pintado en lo hondo del muro que creaste.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Lo que más temo

 

Lo que más temo no es la herida abierta, el aguijón

mortal de unas células que se reproducen sin límite,

el duelo que mata los días cuando se ha perdido la luz

de quien uno era sombra, la tortura lenta del mas vil

de los suplicios, lo que más temo es no sentir ya

la vida latiendo en lo hondo de un corazón inerte.

Sin perdón

 

La culpa no muere en la rosa del silencio

porque su luz da vida a los pétalos de la memoria;

allí está el timbre de un teléfono que sonó perecedero

en la soledad de mi casa mientras el temor como un ángel

oscuro atenazaba mis labios, mi voz y mi abrazo; allí la roja

ascua del arrepentimiento fulge entre los ecos de un perdón

que no llega; allí la cicatriz que se abre cada vez que respiro

al evocar la memoria el manantial de una herida siempre abierta;

allí el ahogo de los sueños cuando en su cenit solo hay llamas

de culpa que agitan la quietud de los párpados con su lengua

de ardor, con la febril inocencia quemándose como un niño

que repentinamente creció después de dar la espalda

a la bondad de la luz; allí ese fino alfiler que se hunde

en lo profundo y deja una mueca triste en el corazón

de la noche más festiva; allí yo que aún no sé cómo

escapar de esta sombra que llueve sin remedio ni final.


lunes, 12 de mayo de 2025

Volver a empezar

 

Sin el rostro, sin las alas de un pájaro

de mármol, sin el maquillaje del iluso,

sin la cicatriz del miedo en el navío

del azar, sin la ceniza que impide

el fulgor del ascua, sin la sombra

que amanece en el jardín de la luz

más clara, sin el peso de mil errores

en el corazón de una lágrima de plomo,

sin la cuerda que une los días del eclipse,

sin la lluvia que moja la sinrazón de lo elegido.

domingo, 11 de mayo de 2025

No pasará

 

Y pasarán las auroras y el negro de las noches,

los trenes del silencio, las hojas caducas de todos

los atardeceres del mundo, la longitud de mil olas

en las playas dormidas, la música que en cualquier

bar sin nombre suena triste como una canción mutilada,

los cuerpos crecidos sin edad, el neón que parpadea

en los arrabales de un país sin gente, los domingos

que huyeron al sur de mi herida, las aulas donde el idioma

de los números se escribía con tildes de ilusión, los ritos

de la ciudad como una cicatriz en la piel de nuestra juventud,

la risa de los viernes en las plazas insomnes, el amanecer-niño

de la imprudencia vertiéndose en el sol de un corazón irreal,

la vecindad de un eco que surca las calles del adiós; pero no

pasará esta voz que recuerda tu ropa, tu perfil, tu rostro

al nombrarte bajo el dintel de los días que no callan.


sábado, 10 de mayo de 2025

El clamor del silencio

 

La boca abierta del grito, inhumana,

no se oye en los espejos, no es párpado

que se abre al horror como un himen blanco,

no sube por las colinas del aire con las zarpas

del aullido en los dientes, no regresa después de asolar

las conciencias con su espasmo nocturno de duelo y ceniza.



viernes, 9 de mayo de 2025

Ensamblajes


Aproximándose como morfologías mutiladas que esperan rozar
en plenitud sus aristas, la curva del arco iris con los múltiples
colores que refracta la lluvia, el hueco donde el aire quiere ser materia,
los labios que se unen sin ningún pudor, la cóncava pieza que culmina
el paisaje final de un puzle, la tuerca y el tornillo que se enrocan,
suben y descienden por el aro y el canal entre los dedos que asen
con firme decisión la herramienta, acople de vástagos, del rito y la comunión,
sexos que comparten la primigenia voz del éxtasis en un canto de amor,
letras que un niño coloca en el lugar exacto donde formará su nombre,
el botón y el ojal como una ventana que se abre a la luz, los engranajes
ocultos de un reloj que palpita, milimétricas las piezas de un artificio
que mide los pasos del tiempo, el revólver y la bala en su interior,
la llave en la cerradura que me abrirá tu casa, un anillo de oro
en el dedo corazón, un pendiente que atraviesa el perfil
de tu lóbulo donde un ónice brilla con sus franjas blancas
y negras formando un solitario cáliz, una única flor.

jueves, 8 de mayo de 2025

Metáfora del existir

Caerá del árbol de la vida la hoja de mi otoño,

en él fui tallo verde, fruto que madura al sol,

habitante de una rama que proseguirá, sin mí, 

su ciclo.

La isla

Fuiste el recortado eje de un abril sobre la cintura

de un mar en sombra, en ti el rayo solar confunde

la ceniza gris con el jardín retorcido por la sed del aire,

flora que vence a los trópicos desde su altar de niebla,

dama que en la testuz exhibes cintas de verdor que caen

sobre una espuma que roe la escarpia del acantilado

oscuro, no hay en ti arpegio de luna, briznas de arena

por el sur estallan en siroco impar, y arden las flores

en el relieve múltiple, corola en la lengua del viento,

cal de revoques que se arraciman por las colinas negras,

pálpito de volcán y tierra generosa con la flor del plátano

como estallido de oro, a veces la lluvia moja el acento

frutal de tu voz con lágrimas núbiles, una sábana de polvo

encierra el sudario de la calima, no está aquí la humedad

de aquel norte que sobrevive en la cicatriz de mi memoria,

volveré al haz que tus faros encienden al atravesar el corazón

del océano, camino por donde regresa el tiempo sin virtud

de los desfiles, ahora que al fin soy la estela de un tren azul

que dibuja sobre la piel de la nieve nubes de escarcha.

miércoles, 7 de mayo de 2025

¿Me he perdido algo?

Una conversación improvisada en el ascensor más allá del buenos días.

En el bar saludo por su nombre al camarero,
¿qué tal, Luis? mientras pone ante mí
un café bien cargado.

Me río con los amigos, voy a fiestas,
mi móvil suena continuamente,
yo respondo en cualquier sitio,
siempre amable.

Casi nunca paro en casa, me invitan a cenar o a comer,
pertenezco a un club social con piscina y cancha de tenis
donde consigo buenos contratos para mi empresa.

No podría comprometerme con una única mujer,
¿quién elige un solo árbol cuando ha visto
lo profundo del bosque?

Creo vivir en plenitud aunque nunca hable con mi sombra
ni disfrute de los placeres tan íntimos que la soledad nos regala.

Tal vez debiera dedicar algo mas de mi tiempo a conocerme.

Tal vez.

lunes, 5 de mayo de 2025

Geografía íntima de un hogar sempiterno

 

¿Y si aún vives en el mapamundi del sueño

con tu corola de estuco, las molduras al aire

como rosas blancas de yeso?


Las figuras de las grecas como un ajedrez de mármol

y tu ritmo de cristales que el viento agita en los ríos del invierno

con al aire marino en medio del circunloquio hostil de la lluvia.


Tú, dorada igual que un pétalo de ámbar,

espejos de plata que fulgen en la faz del pasillo,

paredes de arrugas sin pulir, las habitaciones

como un panal de risas, sin melancolía las tardes,

sin negrura las mañanas incendiadas de luz,

los zócalos mordidos por el vigor de los zapatos

si la deriva de un balón se escabulle antes de recibir el golpe

con la punta infantil de un borceguí ajado.


Suena el teléfono, es un gran insecto de carcasa negra,

repica en la memoria familiar, cómplice de las largas palabras

que mudan en los labios- clandestinidad y un hilo de secretos

que arropo con mis manos gráciles de adolescente-.


Tantas esquinas, y el rumor del agua vertiéndose

por el canal del olvido, pasos mudos al alba,

pisadas insomnes que cruzan la madrugada con preguntas viejas,

la música que golpea los alféizares como si fuese el diluvio de un canto

que moja las entrañas de vida.


Cuadros sin vergel porque no son paisajes sino rostros,

filigrana de fantasmas en el valle omnisciente del páramo,

sin luna, sin la serenidad de un mar envejecido, sin la piedad

religiosa del mártir, sin la virgen ni el duelo ni la delirante

paloma en el pretil solitario.


Muebles enmohecidos por el ropaje persistente de un abril lluvioso

en la piel desportillada, la algarabía es un rosal oculto

por las voces sin tregua de la candidez.


Y en navidad la ceremonia del amor fraterno,

y en agosto mi piel se extiende por playas azules,

y en septiembre la luz del otoño que llega siempre tarde

al corazón de la dicha, y en mayo mi edad que cumple

con el ritual de crecer a la sombra de un árbol

que ya comienza a declinar...


Todo, todo madura en mis pupilas igual que un mapa inviolable,

fluyen en él los recuerdos con su canción viva,

fluye este río que calma mis latidos con la voz de los nombres

que nunca dejaran de sonar en las lágrimas que regresan

al descubrir lo que ya no existe salvo en el fugaz retorno

de una memoria siempre alerta.


domingo, 4 de mayo de 2025

No tan parecidos

 

A veces me enfado,

a veces lloro

a veces río

a veces sueño.


A veces me siento tan insensible como una piedra.


Yo diría que no soy diferente a nadie.


Aunque cada cual tenga

su forma única

de enfadarse,

de llorar,

de reír

o de soñar.


O de volverse estatua 

ante los otros.


La luz del día

 

La luz del día está aquí,

de nuevo, para quedarse.


Y tú te has ido

igual que se va la luna

con el sol

de la mañana.



sábado, 3 de mayo de 2025

La negación del espejo

 

Por más que mires, sin pausa, hacia dentro,

hasta que se disuelva el rostro que mira

y regrese el niño que fuiste-cual si evocaras

en tu interior el sueño de la infancia-, por más

que niegues el perfil, los surcos, la erosión

de una piel que no asumes al cerrar los ojos,

en la fábula de los párpados, por más que el espejo

amigo convierta la vejez en imposible arpegio

de juventud-la música es la misma de entonces

pero no la voz que canta- por más que veas un rastro

que sobrevive al naufragio de la edad en un rincón

oculto bajo los pliegues de un tiempo que se agota,

por más que repitas soy yo con los mismos labios

que afirmaban antaño el júbilo de vivir, aunque

huyas de ti volviendo a la memoria como vuelve

el pájaro a un nido roto, nada, ni la eternidad

del deseo ni las cosas que un día guardaste podrán

evitar el declive que acecha en lo profundo del azogue.


viernes, 2 de mayo de 2025

Los efectos de la oculta lentitud de las cosas

 

Pasa en silencio con la indiferencia de una pluma

que se mece en el aire lento de la mañana, como

hoja de árbol que un día fue brote en el ramaje

y hoy es corazón de seda que recibe la caricia del rocío

en su nervuda faz, igual que el hielo fundido por el sol

cuando derrama sin alud la traslúcida piel que lo contiene,

en la respiración armoniosa de quien dormita después

de un suceso feliz, con la conciencia en calma y el cansancio

como un letargo de murmullos que acuna la paz de su noche,

vaga entre suspiros sin que nadie perciba la metamorfosis

de su madurez salvo el que regresa después de un tiempo

para descubrir el suave manar de la vida por las cosas, tan

diferentes que la memoria ya no acierta a reconocer ni su nombre.

jueves, 1 de mayo de 2025

La segunda voz

En tu cárcel de piel está el alma.

Piensa, siente, duda.

Es tu otra voz que habita en el silencio.


La llamada

Suena el teléfono.

Y es tu voz.

Me hablas desde la noche
que al oírte se ha vuelto día.