sábado, 30 de abril de 2022

Palabras sencillas


Hay palabras que son salvavidas y lo ignoran.

Otras condenan, juzgan, hieren. Hay palabras

sin color que habitan los espejos, palabras

que son tiempo y memoria, también olvido,

algunas veces. Las palabras de amor se desnudan,

quisieran ser beso antes del beso, eternidad

que fluye entre dos labios como un río de luz.

Las palabras de odio se gritan en la noche fría

y caen en el vacío del rencor. Yo quiero que

mis palabras sean simples: niño, paz, sol, vida.

Palabras para ti, hermana, hermano, que somos.

jueves, 28 de abril de 2022

El tiempo frágil de las golondrinas

 

Colocaste en la voz de los trenes tu imán de nenúfar,
tu rostro de virginidad azul. Yo moría sin querer, conocí
el teatro de la piedra con sus vocabularios insomnes,
supe del jacinto que brotaba en la columna como un guardián
de sí mismo. Me vi muy joven, tan joven que la ternura era
un sayo sin ornamento, triste, igual que un ósculo perdido
en la infinitud del aire. Todos los días cabalgué el misterio,
tú el ardor de la bienvenida y el cofre por descubrir
en los ojos que preguntan por la voz de un lobo exhausto...
La ciudad se desdoblaba, vestía el gris del invierno,
la lluvia cubría con su latido el corazón de las almas dulces,
yo sabía que la casualidad es un animal perverso,
sabía que entre las calles de la noche hay lunas de amor,
un álgebra de ensueños, la latitud donde las sombras
se vierten y estalla el fósforo febril de lo imprevisto.
Ya no hay trenes de vuelta, solo un rumor de pasos
en el otoño de la vida. Nos queda el tiempo frágil
de las golondrinas, el viaje intacto de la costumbre,
faroles que murieron imberbes sin la espuma del resplandor
y esas palabras que nos dijimos en la hora penúltima de no vernos.

El nombre secreto del amor

 

Ágil mi nombre

que se pierde en tu nombre.

 

Así, en la ósmosis,

dos nombres forman

otro nombre invisible.

 

Ese nombre que solo tú y yo conocemos.

 

Pronúncialo conmigo,

que, únicamente,

nuestros labios lo digan.

 

Nunca la voz que traiciona.

 

 

 


lunes, 25 de abril de 2022

Sin reposo

 

Ay!, es la noche quien te cubre con su tul de alcanfor.
Desnúdate como si velaras la luz con el deseo de los gamos,
aleve la testuz, perseverante razón del agrio ardid.
No hables porque la luna se pliega en tu boca, y dejará
de brillar el suspiro si los labios despegan su sello de amor,
su rojez de fruto impuro. Acércate como la felina sombra
que huye del espejo, rodéame con los senos alzados
y el virgo joven, ausente. Ya mi piel pide el clamor
de los cuerpos, suda el álgebra de las curvas amantes,
se erige en tótem la masculinidad como un árbol entregado
al sol de un placer sin huella en el tiempo, sin envergadura
en el espacio. No te eleves, pósate sobre mis ingles en flor
con la abierta herida de la especie llamando al edén.
El episodio que nace es un faro donde trasluce la cópula febril,
este es el momento en que la razón de la vida nos muestra un falso
reposo en la extraña coincidencia de poseerse, y otra vez, poseerse.

sábado, 23 de abril de 2022

El viaje por dentro, el viaje por fuera

 

Oigo las voces que dicen adiós,
voces que forman un eco, una resonancia,
un coro de ruidos sin edad.

Destruir el tiempo con mi tez muda,
enfundado en relojes azules,
joven como un tallo o un hilo que busca su en ramaje,
un esqueje de almas, un torpe confín donde mueran
las incómodas arañas de la quietud.

Y viajo, por dentro de mí
-la esperanza es solitaria y no cruje como un mapamundi roto-.
navego,
surco,
piso las sombras con un latir de árboles y metáforas,
elegí el viento de ojos tristes
¡era tu mirada un cofre de cristal!,
mi lágrima de jueves pedía un oasis de amor,
vivía , tal vez, en el farol de una fiesta,
con reflejos opalinos en los vasos
y un olor a muérdago en las axilas.

Pero yo huía de mi nombre, el tren
-aquel que soñé-
viajaba desde el mar a la colina,
desde la largura del talle hasta el ombligo crepuscular
donde las sueños se visten de alfombras voladoras
y no hay refugio ni ardid, solo un agruparse entre la niebla,
solo los ejércitos que convergen esperando un signo amable,
sin deuda, sin dolor, como isobaras abiertas al mercurio de la ciudad.

Que penetre en mí el músculo de la vida, la historia, el crisol, la mixtura,
el hambre, el equinoccio y los planetas desconocidos, la redondez de un eclipse,
el perfil náufrago del sexo coital, la boca que no habla,
no murmura, no cuestiona el delirio.

Así veo a la metrópoli, hundida como un cántaro
en mi lengua de primate, palomas que viven en las plazas solitarias,
arracimadas en su cuna de asfalto,
mi sol de invierno, mi máscara con la cual obro, con la cual escribo,
con la cual dibujo la palidez de mi noche.

Ahora la gran ciudad se parece a nosotros
que no dejamos de escondernos,
pues somos suburbio y no platea de luz
en el hostil corazón de la urbe.

viernes, 22 de abril de 2022

Luna triste

 

El que duerme en el espejo no soy yo.

Nunca escuché mi voz,
pero la reconozco si callo
porque sé que quien habla por dentro,
habla solo para mí.

Si te ausentas llueve,
cuando estás la luz es eterna.

Abrázame otra vez,
no dejes que la luna esté triste.

jueves, 21 de abril de 2022

Creedme

 

Hay un retorno de intersticios a tu nombre,
máscaras que brotan desde el silencio de las edades,
un eclipse blanco en las manos que suceden en los inviernos
como flores de luz bajo las espigas yertas.

A lo mejor los cuervos crecen en las cocinas rojas
y el niño asusta a los murciélagos desde su camastro de metal,
es posible que la mandrágora llore si la luna no viaja de sur a sur,
tal vez en los alambres escondidos mueran todos los pájaros
que han perdido su alma, guiñol absurdo del teatro de la vida.

Quizá el amanecer nos deslumbre con un oro de playas vírgenes,
oro de arena dócil, oro de reloj que vierte su aliento en las sentinas del azar
y almacena los rubís del futuro, la mirada que copula con el trino del ruiseñor,
el lánguido esqueje que nace de una pregunta sin interrogación,
vacía como un cilindro que nadara en la remota epifanía de un océano.

Yo vi los ojos de la golondrina -granos de café-
atisbar la noche como coral encendido,
vi colmenas de insectos sin reina
volverse locos tras el frenesí de la anarquía,
vi el corredor azabache donde los espíritus pasean,
completamente ciegos.

Aún así, creedme, si os aseguro
que la luz perdura dentro de la sombra como una llama angelical.

miércoles, 20 de abril de 2022

Verte

 

Verte, en el carmesí del algodón,
latiendo febril como un astro en la penumbra.

Sólida raíz de un pretérito que nos llama,
con himnos de niebla,
con ojeras azules,
con vientres que se unen
como cuentas de un collar inválido.

Verte, detrás de los candiles apagados,
eternamente, igual que tótems al trasluz de un ejército de sombras.

Verte, cuando juegas al escondite en un palacio de cristal,
cuando ya no imaginas tus alas,
porque has dejado de ser pájaro
y ya no te importan,
ni el viento
ni el horizonte,
ni ese olvido que acompaña, siempre, al nómada.

lunes, 18 de abril de 2022

Solipsismo

 

Crees estar en compañía

pero, en realidad, estás solo.

 

Porque únicamente te ves a ti

en la mirada de los otros,

en otros cuerpos

solo hallas tu cuerpo.

 

Estar junto a ti

es vivir en la sombra.


domingo, 17 de abril de 2022

El tren

 

 

Es el tren del miedo,

el tren de la duda,

el tren imberbe que atraviesa las líneas borrosas del sur.

 

Yo, pasajero de su avidez,

inmóvil fantasma que se alimenta de su fe infinita,

rosario que vierte su canción de ejes y agujas,

de vértebras pulidas por la chispa feliz de todos los días,

de todas las noches en que un amasijo de acero

se vuelca hacia un horizonte de dunas,

llanos, túneles de fiebre,

sin candiles en el óxido de los hierros

donde viven orugas, lagartos, palomas viajeras…

 

Oh! perversidad que gimes sobre un raíl que parece labio de confín,

armadura de un ejército que muere

bajo el círculo de la bóveda celestial,

armazón que cruje

-grita, llora, aúlla-

como un huracán uncido,

como la larga cabellera de un tótem

que se agita lo mismo que un enjambre loco,

dentadura que siega la inutilidad de los horarios

-¡ay madre que no llega el tren!-,

quieto, con la nieve acosadora mordiéndole,

bajo la tormenta se oye un febril arpegio de chillidos

(ratas en los vagones)coro rabilargo que crea nubes en el paisaje,

nubes de ángeles sobre un portal de escarcha,

bajo el firmamento el carámbano azul, en la mies un lloro,

en los campanarios el perfil sin lágrimas de la cigüeña,

cables y torretas igual que árboles de metal,

ninguna sombra,

ningún penitente en la llanura...

 

Viajo, prosigo, con la salmodia de este tren sin alma en mis oídos,

suben madres ociosas, hombres distraídos,

estudiantes que le han robado horas al sueño

-los móviles eternamente encendidos-

y este murmullo de hojarasca, el ritmo de las traviesas que me acuna,

un lago(líquida luz), el olor humano que atrofia los minutos,

¿hacia dónde voy?(el mar no esta cerca),

en qué pálpito de la tierra me bajaré,

estación perdida, la última estación

que morirá mañana

cuando alce mi voz al despedirme,

al preguntar por dónde se va a la isla,

cuál tren me llevará a la Atlántida,

en qué Ítaca el vapor de la locomotora

será un beso de algodón verde.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


sábado, 16 de abril de 2022

El jardín

 

Escondo en el lugar más recóndito de mi alma un extraño jardín.

En él hay flores de nácar,
un arco iris que no cesa,
árboles albinos,
mariposas de plata,
estanques de nenúfares rojos,
frutos dorados que brillan al sol.

Es un jardín
sin espacio
ni tiempo,
sin edad
ni futuro.

Que nadie lo encuentre,
que nadie descubra
donde
viven
mis
sueños.

jueves, 14 de abril de 2022

Los caprichos del amor

 

Si tú solo amas esa imagen perdida de mí
habrá un lugar en el que se crucen
tu ideal y mis recuerdos.

Yo te hablaré como entonces te hablaba
y tú, con los ojos cerrados,
me evocarás sin verme.

miércoles, 13 de abril de 2022

Los sueños del espejo

 

Soñé con ángeles de fuego en la faz de la luna,

soñé con un mar de amapolas color azul ceniza,

soñé pizarras de látex como tejados de chicle en tu camisa,

soñé esdrújulas en el arpegio de los viernes cuando la noche declama,

soñé con esferas de rojo carmesí en los labios entreabiertos,

soñé las edades que no fui en los ojos dulces de un amor perdido,

soñé con un sur donde la nieve crecía bajo un árbol de escarcha,

soñé que no era yo quien soñaba, sino el espejo que, traidor, se divertía.

 


Abril

 

Por los renglones torcidos de la luz fluye abril.

Una elipse en el cielo rojo dibuja el aro hambriento de la luna.

Existes en el relámpago recién nacido,
en la curva del instante roto en un desliz de invierno,
eres el frenesí bajo la cúpula de un nombre,
la ceniza hostil que la lluvia moja.

En los intersticios de la luz cae una lágrima
como un verso cae en la rodilla gris de la noche,
tu espalda murmura brasas carnívoras al irte,
sombra que deja un tedio de marfil en el silencio de mi boca.

Como un carro que la nieve cubre de frío
a tu cuerpo de hongo fértil lo atenaza el blancor más puro.

Tañen las campanas una gloria ida,
queda ese aroma de rosal vencido
junto a mi lecho sin voz,
mudez donde habita
el azul de tu rostro.

martes, 12 de abril de 2022

Sueño y vida

 

Nadar en el aire, volar en el agua.

 

Es lo extraño

quien nos explica.

 

En el sueño se vive dos veces,

lo que el sueño niega

es a la vez lo que el sueño afirma.

 

Solo se es libre en la ambigüedad,

alli donde elegir

no importa.

 

Volar en el agua, nadar en el aire.

 


lunes, 11 de abril de 2022

Ciudad desnuda


La piel del agua se agita y brota la nube
como el humo brota del vientre de la llama.
Los narcisos han perdido color, sus pétalos
son glaucos, su tallo un alfiler sin patria. Al
llegar el autobús rojo las palomas se apartan,
picotean los sueños con estudiada quietud,
por la noche beben el alma de los niños que flota
en las fuentes bajo las estatuas ocres que jamás
sonríen. En la plaza no hay sombra, ni árboles
de azúcar, ni grillos muertos, ni tampoco historias
que se dicen al oído, confidencias que en octubre
yacen como hojas caídas, arrastradas por el viento,
mojadas por la lluvia. Me duele si dejo mi huella
en su contorno, porque sé que las calles son un sueño
en los relojes, las iglesias un párpado de piedra,
solo su piel ama el día. Igual que yo, está desnuda.

domingo, 10 de abril de 2022

Ciudadano modelo

 

Reconócete en mi máscara,

en el desliz de la impostura,

en el triunfo de la apariencia.

 

Pero no me pidas explicaciones,

si, al final,  tú no consigues ser yo.

 

sábado, 9 de abril de 2022

Madurez

 

No me encontrarás en la duda,
ya no apuesto por ella.

Ahora vivo en la sed del día
que es la certeza de la muerte.

Soy como un ángel
sin las alas
del sueño.

Por una vez

 

Por una vez quiero hablarte como me hablo a mí.

Nunca lo dije en alto,
jamás en mis labios hubo la necesaria ternura,
aunque sentí la gratitud no conseguí expresarla,
había un amor tibio de gestos retraídos,
una continencia que no avivaba la llama,
solo ascuas que remover con los ojos cerrados
y la costumbre vieja de los abatidos.

Pero hoy te habla mi corazón y no quiero olvidarlo.

Un día hallé tu cuerpo en la negrura, un cuerpo de luz
que me habitó sin que tú lo supieras.

Hay ríos que viajan paralelos,
otros se asocian para engrandecer su cauce,
así yo contigo, abriendo caminos por los que fluir
en este mundo de sombras.


Pero un destino común no siempre es un árbol que florece,
existe el absurdo sentido de la posesión,
el ideal que se resiste a morir,
un egoísmo que gangrena el cariño
y estalla en la podredumbre del resentimiento.

Se emponzoña el río, muere el árbol sin el agua del amor,
el hijo divide cuando debería unir los afectos,
la vida entonces descarrila y nuestro tren se queda parado
entre los ecos de un ayer oculto.

Sin embargo, tú sabes, como yo, que los ríos sobreviven
al vertido del desamor, que los árboles solo necesitan
agua nueva para florecer, que el hijo es el fruto
de nuestras vivencias más felices.

Por eso, déjame que te hable como ahora me estoy hablando a mí
y que diga, una vez más, esa palabra que nunca debió caer en el olvido,
esa palabra que es tu nombre, amor mío.