jueves, 15 de marzo de 2012

El enamoramiento


Nadie sabe cómo se produce el deslumbramiento,
ni si fue anterior la herida al sueño. En un portal sin nombre
los ojos de la luz atenazan mi piel. Y ya no soy consciente
de esa pequeña fibra que el misterio dibuja en mi ser.
Sólo es un cuerpo y una mirada, pero dentro un rubor
infantil va creciendo, enciende las mareas del deseo
y canta el milagroso anhelo de existir. ¿Y quién nos llama,
quién pone el proscenio de aquella ciudad múltiple?
Nunca susurró las palabras de la noche, ni me citó
en el calendario ni describió un reloj en mi estatura.
Sentir y esperar la dulce canción del encuentro
(en la melancolía de un cine, en los bares rojos
de la duda, en el temblor de las playas de invierno).
¿Dónde la promesa del aire que vuelve al aire de la nada?
La vida nos arroja sus banderas sin luz, y hay
un perfume de horas incandescentes en sus labios
de ausencia. Guarda la memoria los diálogos perdidos
como guarda el fuego su frágil candor extenuado.

sábado, 10 de marzo de 2012

Antes del atardecer



Qué es el enamoramiento sino el arte de seducir con la palabra. Me ha emocionado y me ha dolido ver esta pelicula porque en algún momento de nuestras vidas esos personajes hemos sido nosotros.¿Dónde estás Julie Delpy?

miércoles, 7 de marzo de 2012

El hogar celeste


Todos los espejos son redondos menos tu mensaje
de amapolas. Hay un rubor en la piel de los pasillos
y ojos en los cuadros que adivinan tu futuro. La luz,
la luz abandona su misterio, para ser romance de esquilas,
música en las orlas de una sábana infantil. Tu circunloquio
ya no miente, mira las cóncavas esferas, allí el paisaje
de un salón, con sus cómodas de fieltro, la porcelana que habita un color,
el papel pintado como un horizonte de nenúfares y acantos.
¿No edificas la risa bajo el opúsculo de tu niñez, en qué
inmortal símbolo el juego destruye la armonía de una golondrina
fugaz?. Crecen mis piernas sin hallar olvido, porque las ventanas
se asombran como pájaros nocturnos. En el rubor de las habitaciones
mil objetos renacen, el escarabajo que odia la luz, el blanco del gres,
la premura de un oso de plata, el cristal inacabado del hospicio.
Mi casa nos refleja, sus nubes esconden la coreografía de los zócalos,
el bienaventurado enigma del deseo, su raíz en la huella como
blasón y azul. Pero no pienses en el orgullo, tu país son las caderas
de una hembra marchita. En el vientre encontraras los perfumes
de un aliento, la esperanza de un cómico. Aquí se amontonan
las doradas serpentinas del invierno ¿Dónde el epitafio de tu
abril o la espiga que enciende el elixir de los teatros mudos?
Volveré a lo que ya se ha perdido, con la locura y la tiniebla,
con el sol y los anuncios que matan, con la desfachatez del ensueño
y su estertor que finge.