domingo, 31 de mayo de 2015

Senectud

Ayer se encendió la bruma del viaje.

Todo eran casas sin balcones,
un espejismo en el mar,
la cuesta abajo del silencio.

¿Quién sabe de la edad, en dónde su principio,
en qué finitud su mortal rio de invierno?

Como si el hado lanzara una flecha al abismo,
como las plumas de un ave perdida
o la flor del orgullo
cuando nieva en la mansedumbre
de un recorrido imposible de entender.

Mil horas caidas dibujan la lluvia
en el ínclito espejo del dia;
las canciones no crecen
porque el azar elige su lúgubre miedo
y clama a su pesar por lo vivido
en las orillas de este paraíso inconcluso
que es tan solo piedad.

viernes, 29 de mayo de 2015

El silencio

Yo conocí el símbolo de las playas,
el aire que arroja su manto
sobre un músculo joven.

Como yo el beso de una madre sin hogar,
el laberinto de hiedra
y el pronombre perdido
en la infancia de los años sin cédula.

Puede que exista una sombra
para la sinergia abstracta
de un corazón dividido.

Puede que ya no quiera otro discurrir
que esta latitud que algunos llaman silencio
-o fin o ingravidez
perpetuamente
rota-.

lunes, 25 de mayo de 2015

Tren de Diciembre



Todo era refugio en aquel invierno lúcido.

La vaguedad de un tren que simula su sensatez,
los horarios casi siempre inútiles,
los pasajeros y su hambre de miradas cáusticas,
las farolas que llueven luz
en la ínclita humedad del tránsito.

Solo un destino amanece en la corona de los arces,
pasa el limpio ejército del dia
-su soliloquio es blanco, frío, estéril-
con vahos de inutilidad en carámbanos de alba
sobre las ropas heridas.

Nadie imagina ya el resplandor de los viernes,
el amarillo de agosto,
cuando llego a la estación y me pregunto quién soy,
otra vez, en otro delirio.

domingo, 24 de mayo de 2015

El abandono

Hace tiempo que las moscas no me habitan.
Espero la telaraña como un símbolo de cálices
vacios. Espero la palabra que anuncie la luz,
espero que la infantil argucia del reloj
dibuje mi fosa entre lirios que susurran. Me
han dejado como un silencio sin vértebras
adherido al dolor de saberte despedida,
confuso en mis dones de escribir memoria
y alucinación; para ti que lloras la amargura
de los años en un reflejo de nubes bajas,
en un susurro de cristal. Parece que los
números ya no imprimen en mí su ritmo
de hojas ciegas, porque hay momentos de
claridad que son estigma de aliento en los
perfumes del corazón o quizá almanaques
desvestidos en la orilla o lágrimas rojas
que al instante mueren.

sábado, 23 de mayo de 2015

Inicio de "Conversación en la Catedral" de Mario Vargas Llosa



"Desde la puerta de La Crónica, Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?”.

viernes, 22 de mayo de 2015

Las cosas



Yo no sé si fue esta casa o la otra
o fue el lugar donde habitan
las palomas incólumes.

Abre un cajón-cualquiera-
su individualidad son los objetos
que acarician tu pasado, su sombra lloró
como un niño que supo del destierro
antes de ser sol.

¿Y qué de la armonia de lo imposible,
y qué de la lucidez de los espejos
que te aman en la noche sin días,
en los días sin noche?

Aquel cuadro hablaba-un jarrón, un columpio,
un paisaje, una estela de muertos
sobre la pátina roja- porque dibujó el lugar,
el tiempo y la perfección
de la locura.

Otros paraísos son este paraíso,
la felina piel bajo las sábanas,
la cornucopia que envuelve
la dúctil obstinación de la sed.

Ah! de la voz de un padre, su omnímoda sonoridad
cubre la herida de las ventanas sin rostro,
se posa en la plata, en los libros vagamente
encuadernados, en la blanca ingravidez
del mármol.

Tu ayer es un eco sin amapolas,
una luz vieja en un amanecer limpio.

Por más que mires lo que el deseo desnuda,
nada-ni tu álgido desdén, ni tu invocación de náufrago-
lograran ser otra cosa
que las alas frágiles de un tiempo perdido.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Fragmento de "La montaña mágica" de Thomas Mann

"No sólo el humanismo, sino la humanidad en general, toda la dignidad humana, el respeto hacia lo humano y el respeto al hombre por el hombre mismo; todo eso era inseparable de la palabra, y se hallaba, por tanto, estrechamente ligado a la literatura…("¿lo ves?", diría después Hans Castorp a su primo, "¿Ves cómo en la literatura sí son importantes las bellas palabras? Me di cuenta enseguida.") Y de la misma manera, la política estaba ligada a la palabra, o más exactamente, nacía de la unión de la humanidad con la literatura, pues las bellas palabras daban luz a las bellas acciones".

martes, 19 de mayo de 2015

Ocasión

Está aquí el blanco espejo que no miente.
Un ayer sin playas recuerda el convite ignorado,
la luz sin hojas del misterio, el fruto sin color.
La edad que fluye como un rayo herido
deshabita el mundo de las mariposas,
su volátil gesto de frío y tránsito
en ti
o en tu noche.

viernes, 15 de mayo de 2015

Las olas

Lo que añoras ya no es una huella.

Sólo el asombro del mediodía basta,
tu cerviz bajo una flor amarilla,
el eco de los taxis
o el temblor dulce de un rótulo frágil.

Asi es la ciudad,
su mirada nunca regresa,
sus labios duermen el sueño de las preguntas intemporales,
sus ojos parpadean
como si un tránsito de hormigas
fuera la lúgubre amenaza de la noche.

Ya nada existe en el ruido
ni tu palabra sin hélices ni el bravío estigma del ardor
cuando las olas del tiempo roto
te llaman, te llaman.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Los amores efímeros

Atrás queda la lluvia
en los pasos de mil palabras aleves.

Otra vez recorro la memoria de la piedra
entre columnas que no saben de himnos
o ardor.

Ven a la noche gris,
ven con los collares que has perdido,
ven a la candidez del artificio
o a las gomas heridas de la inocencia.

Deja aqui el labio húmedo
y finge otra vez el maquillaje de la calavera,
quizá yo escuche la rotunda verdad del perfil,
el silencio proscrito de la caricia.

Después cuando la luna ejerza de manto
o frontispicio,
descubre en tus piernas de olvido
el circulonquio del deseo
como si jamás en el ayer te hubieras desnudado
como si la hojarasca ya no mortificara tu vientre de luz y calor,
de agrio carmin de bienvenida.

Todo es un relámpago en la acidez del hoy,
la cautividad de una noche en las horas de invierno
que suplican quemarse como una duda
que quiso ser flor de un cometa sublime.


lunes, 11 de mayo de 2015

Querida habitación

Yo sólo queria un sol blanco. A veces la luz
acariciaba el perfil invencible de las fotografías
como un beso albino de labios dulces. Todo
el silencio se refugiaba en la lágrima pura
del espejo, poblaba los brocados, los tules,
la cábala del algodón, la filigrana herida. La
tela de organdí sobre un lecho níveo, el plisado
levemente curvo de la frazada, el olor a jazmín
y a hierbabuena en el vientre de las plumas, la
memoria invencible de la caoba y su corazón
noble. Yo sólo queria un sol blanco sobre la testuz
de una imagen, un lirio sobre el pebetero de la plata
escondida, las perlas desordenadas en el secreter
proscrito. Y un murmullo que brotara del encaje
como un canto de ángeles o un aleteo de pájaros
en la mañana inconclusa.Querida habitación
de armarios vacíos, en los pliegues de tu ayer
el perdido cairel refulge como un ojo inmortal.
¡Y ya no sé del azogue, y ya no sé del bibelot
ni sé del visaje monstruoso de una mano que
todavia tiembla en la decrepitud del aire!. Todos
los recuerdos son el recuerdo de tu abrigo de luz.


sábado, 9 de mayo de 2015

Otra vez

Otra vez he vuelto a tu piel como un niño
que añora los paisajes, como un príncipe
que busca su Itaca en las palabras que llegan
sin esperar otra luz que el asombro. Nada
quedó de los silencios hablados, ni un murmullo
en las hojas verdes, ni una esperanza en la locura
de los bares, ni un resplandor en tu carmín,
ni el eco sostenido de una música sin párpados.
Solo tu imagen miente en mi alucinación oscura
para hacer de ti la voz rota que nadie conoce.

Inicio de "Corazón tan blanco" de Javier Marías


"No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con
la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Cuando se oyó la detonación, unos cinco minutos después de que la niña hubiera abandonado la mesa, el padre no se levantó en seguida, sino que se quedó durante algunos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar ni menos aún a devolver el bocado al plato; y cuando por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño, los que lo siguieron vieron cómo mientras descubría el cuerpo ensangrentado de su hija y se echaba las manos a la cabeza iba pasando el bocado de carne de un lado a otro de la boca, sin saber todavía qué hacer con él".

jueves, 7 de mayo de 2015

La juventud exhausta



Mi sol caducó en el horario de las serpentinas.

Demasiado joven para el músculo
de la vida lunar, sin entender los márgenes de la lluvia
o la abstracta monstruosidad
de los bares rotos.

Habia cremalleras
o ventanas
o cristales
que auguraban ídolos múltiples,
lloros en los tabernáculos de la conciencia.

Si, porque la juventud no dibujaba el collar de la costumbre,
su raiz vencía amapolas
en el pálido despertar del misterio.

Mi voz creyó en la sed de las estatuas,
cada dia el corazón de los almanaques
regresaba al cálculo de la insensatez,
despertaba a la noche.

¿Volverá el eco de los peces dormidos,
el algodón estéril de las dudas febriles,
la pasión acerada por la luz de los vicios
en los paraísos de la piedra
o la desnudez
de ser yo en el yo de mi voracidad?

Algunas veces mi memoria finge vivir en lo alto de un dios,
me acorrala, insiste en su cansancio de brújula,
en el invierno insoslayable de mis calcetines gastados.

Entiendo el porqué de la gratitud,
los versos no riman en los escalones impares,
quiere el tiempo un rojo pétalo
o la verdad de un futuro
que deje de anticipar el milagro.

Ah! del rubor en los clandestinos catres del mediodía,
ah! de los rododendros cuando ya no miran el sexo
ni descubren el soliloquio fértil de los fantasmas.

En el secreter que guarda la preguntas
como sonajeros rancios
mi verguenza es el latido del devenir, el infantil recuerdo
de una imagen que no me evoca
ni ha dejado su incendio o su perfume,
su nada duradera en el osario imberbe de la caducidad.












lunes, 4 de mayo de 2015

La isla

Siempre hay un sur en el delirio.

Conchas azules,
un mar sin espejos,
la piel hostíl de la luz.

La mirada huye de los automóviles que sudan
y no piensa en el regreso
ni en la conformidad.

El calor es blanco,
las piedras crecen junto a los ángeles,
hay cactus mentirosos
dormidos en el perdón
de la savia seca.

No vendré a orillar las olas,
en un cielo desnudo
los luceros claman por un ojo
que finja el carmín de sus párpados,
una noche exacta.

Solo hay un rumor en el vientre de los turistas,
sus fetiches mienten
cuando en el albor de la luna
invocan el territorio de la isla,
su somnoliencia tropìcal,
su éxtasis amargo.

domingo, 3 de mayo de 2015

Hacia delante



Son los huesos de la memoria un rastro perdido.
En el desdén ya no hay miradas, sólo fantasmas
que se despiertan sin luz.¿Puede existir un futuro
que no sea flor de raíz, pretérito que alza su sed
como un estallido blanco? Quiero sentir el horizonte
como carne viva, quiero una palabras que no admitan
otra cosa que el dulzor en los labios del hijo, quiero
un pétalo en mi corazón, no una tumba de piedra
y muerte. Mi paso ansía la levedad que marque
las horas con el crisol infantil del recuerdo.

sábado, 2 de mayo de 2015

La negación del presente


Siempre llega tarde la conciencia de ser.

Un cuerpo, apenas plumaje, piel nueva,
palabras sin gastar en el escenario de la duda,
corazón imberbe que se cuestiona la sensatez y el dolor
mientras escribe en páginas huidizas el misterio
que sólo en los libros anida.

Siempre llega tarde la conciencia de vivir.

Pasan las olas del amor,
las risas que pueblan los espacios abiertos
cuando la solidaridad es un grito nocturno
en plazas que sufren el aliento lunar
de las voces libres.

Juntos, sí, como los líquidos sin color
o las frases que sugieren altivez
en los bajos de cuevas infantiles
extrañas al día,
moribundas como un relámpago herido
por la masculina necesidad de la omisión.

Siempre llega tarde la conciencia de querer.

Su extranjera promiscuidad abre surcos sin agua,
calcina los vientos del tacto
en el estío perenne de las vísceras,
resume en un solo éxtasis
la mentira de poblar la fe con flores del deseo
o alquimias que vanamente dibujen los suburbios
de una querencia infinita.

Siempre llega tarde la conciencia de amar.

Porque no hay entrega que sucumba con plenitud
a la desnudez fértil de abrazar el miedo,
porque las semillas que arrojaron tus manos
encuentran un nicho cóncavo donde resplandece la armonía,
porque los infantes de la luz se expanden hacia un futuro
de navíos nimbados por la suerte de haber sido ardor
sin límite.

Siempre llega tarde la conciencia de morir.

Para ti que fuiste juventud inmortal,
para mi que soy nostalgia de aquella sinrazón,
para todos los que una vez exprimieron en sus rostros
la sed sin cumbres de la alegría.

viernes, 1 de mayo de 2015

La conversación

¿Quién invitó a la palabra,
dónde sus acertijos o el jazmín sin olor
que agita?

Primero es la piel, la imagen,
los senos que crecen.

Después la melancolia y el misterio,
el porqué navega tu sol perdido
hacia la oscura playa de un espejo.

En el bar las historias son simples,
el vals de un camarero, la virtud de la rutina
pregunta por la hora no nombrada,
el caparazón de un estudiante
lee sueños
en manteles sin luz.

Y tú que destrozas el cansancio
y me dedicas la incógnita
o la flor imberbe que huye del hemisferio
y te marca como un astro azul.

Te diré de mis incendios,
te diré de la noche
que siempre ha poseído un don.

Todo dura lo que dura el rayo de un signo,
de pronto la raíz se instala en el dulzor frío
de unos labios y apura su corazón de mariposas
engarzadas a la lluvia blanca,
al óxido de un pretérito
que no será llave de un futuro fértil,
que sólo ansia ser ausencia del hoy,
del ayer, del para siempre en ti,
en tu café despiadado.