martes, 28 de febrero de 2023

Los buenos recuerdos

 

Están vivos como un latido viejo que me nombra sin cesar.

 

Son sueño y son hojas caídas que no se lleva el aire hostil,

son un arco iris en la clepsidra que gotea infinitud,

son árboles que ocultan el dolor

con su alegría de canción sin horarios.

 

Me buscan porque yo soy un pozo del tiempo,

rompen en mí sus olas cansadas de exhibirse en la memoria,

de lo intangible nace su poder anfibio que me viste en la noche

como una gárgola que derramase el agua de la edad

sobre mis ojos de niebla.

 

Vencen cuando se posan en mis hombros con sus imágenes de paz inaudita,

con sus romances de flores, con su ardid de pámpanos encendidos.

 

Son la verdad

cuando los espejos amigos niegan mi presente,

mi futuro, y nunca me esconden 

lo que fui.

 


domingo, 26 de febrero de 2023

La casa humana

 

Llevo la casa en mi piel como un tatuaje.

Su luz decaída inunda los pasillos,
luz de araña vieja con carámbanos de cristal,
luz de sol herido por el ocaso.

Sus ventanas son los ojos de mi edad,
las habitaciones mis cavidades íntimas
donde lo cotidiano me acuna con el oxígeno de la palabra,
los muebles mis cómplices que añoran el tiempo de la infancia perdida,
los espejos el fulgor del instante
que fue un hoy altivo del que ya no queda rastro en mi memoria.

Quiere mi hogar un refugio de vísceras rojas,
quiere permanecer conmigo eternamente,
pero yo sé que en el futuro será el hogar de otro,
un nuevo tatuaje en otra piel oscura o blanca
porque ama lo humano que es vida y no olvido,
porque solo se siente real si alguien penetra en su corazón
como penetra la luz en las alcobas de la noche.

sábado, 25 de febrero de 2023

El oasis

 

Hay un oasis en mí que desconozco.

 

A veces las gotas del tiempo

son sed que despierta mi noche.

 

A veces una voz susurra vocales

y es una canción en los labios del alma.

 

A veces tu cuerpo y el mío se vuelven uno

como si lugar y espacio

fueran la doblez contenida en un cristal

donde el hoy se derrama, abrazándonos.

 

Y el amor con su sonrisa de ángel que inventa en ti unas alas,

y el apogeo del amanecer

como una epifanía de claridad

en el misterio de la luz.

 

Desde la pétrea mañana me adentro en ti

y soy el fruto de mi oasis: el dátil jugoso que sacia tu hambre,

el agua que roza tus párpados, la ternura del palmeral, cobijándote.

 

Y ya no hay desierto

solo este ombligo de paz 

en la mirada que nos une.

 


viernes, 24 de febrero de 2023

Tu mirada

 

Se vuelve cristal cuando, abstraída, no eres tú.

 

Ventana donde el mundo escribe sus notas,

una flor que se abre y bendice la luz,

solo tu verdad que fluye en imágenes

como un lento caleidoscopio sin fin.

 

Esos ojos que absorben un espejismo,

en la retina un flujo de nieve que no es inmortal

y un rostro que fija su pupila en el orden ambiguo de las horas, 

en la mortaja de un libro, en el cierzo sobre el mar

cuando el otoño cabalga la sed de las olas

como un duende feliz.

 

El que mira no sabe que mira en el reloj del tiempo su escenario.

 

Cuando lees casi en penumbra, cuando los pájaros te siguen

porque hay cielos en tus pestañas que siempre son arco iris,

cuando te ensimismas y me descubro en ti al mirarte,

cuando mis ojos solo ven la huella de tu contemplación

si acerco mi mejilla a la tuya, cuando no sé si ves la noche

o dentro te nacen los soles como un geiser de abril en tu cumpleaños infinito,

eres la claridad.

 

Me gustaría mirar igual que tú miras la vida,

tan ajena a la muerte,

ser el árbol que le habla al día con los párpados abiertos del eterno aprendiz,

que es hijo de la luz,

nunca de la sombra.

 

 

 

 

 

 


miércoles, 22 de febrero de 2023

Identidad

 

Este pozo sin brocal donde el cielo muere,
esta sima de húmeros sin carne en el confín la quietud,
este olvido que oculta un ángel negro,
esta flor ajada que se posa sobre la cruz de mis hombros.

Son yo.

Mi alma en un cajón oscuro,
mi alma como un proyectil que atraviesa la noche
sin el resplandor de los astros.

Mi alma en la esquina del pedigüeño,
transparente como un vidrio sin paisaje,
inútil como el tizón que moja la lluvia.

Mi alma que, también, soy yo.

martes, 21 de febrero de 2023

Sin ti

 

Como hoja perenne, aquí sigues.

Eres rocío en la canícula,
agua en mi sed,
flor en mi desierto.

Tu raíz es astral, cósmica tu voz,
mínima la sombra que yo percibo detrás de tu claridad.

Te pareces al sol del recuerdo y a la luna del mañana,
pueblas el orden con tu presencia de árbol maduro,
escribes ayer cuando evocas el misterio de una ciudad del sur,
cuando la memoria es como un jardín que, amorosamente, cuidas.

Nunca serás olvido,
nunca crepúsculo,
nunca ocaso.

En tu luz hay espejos encendidos que reflejan mi noche,
sin ti ya no brotan los lirios, sin ti ya no duerme mi alma.

lunes, 20 de febrero de 2023

El cumpleaños

 

Tengo frío.

Tengo hambre.

La noche es tan bonita con las estrellas en lo alto.

Una sed antigua cuartea mis labios.

Mamá canta la vieja canción:
duerme corazón, tambores amigos a lo lejos,
el rumor del manantial y mi abrazo,
duerme mi niño de piel negra,
duerme y no te preocupes por mañana
”.

El mar está oscuro, la luna redonda
pone una luz de perla en mis manos.

No consigo dormir.

Tengo sed,
tengo hambre,
tengo frío.

El miedo llena mis pulmones
junto a este aire de sal y yodo.

Por la mañana las grandes olas golpean el cayuco.

Hemos volcado y yo no sé nadar,
no he vuelto al vientre de madre,
solo es la inmensidad del océano.

El sabor salino, el ahogo, la noche eterna.

Hoy cumplí ocho años,
mi cuerpo en la playa está vestido de algas,
no volveré a ver la luz de las estrellas,
ni el sol amanecerá otra vez en mis ojos.

Me acunan las olas,
dejan en mi piel la espuma del olvido.

Quizá ya nadie más sabrá que hoy cumplía ocho años.

domingo, 19 de febrero de 2023

La niebla

 

La piel de la niebla habita en mis ojos.

 

Qué contorno,

luz sin sombra,

se hundió en su vientre de agua gris,

qué horizonte oculta su velo de alga,

qué ayer vigila desde el ombligo invisible

como un azor de alas húmedas,

como una mano fría

que se posa

en el arrebol de mi rostro.

 

Su faz es aire que me posee,

aire de abril

y lluvia alerta,

en mi sangre es vaho que empaña los secretos del corazón,

en mi boca una nube difusa que encontró por fin su patria,

sin espacios libres,

sin la corona de los montes

sobre el anillo esponjoso

de su materia irreal.

 

Y si penetro en su envoltura

el frío de la memoria revive,

y, sin embargo,

al fondo,

descubro calor,

calor de infancia,

vestigios de pasión,

un abrazo de dos

que no acaba.

 

Y, siempre estás tú,

carne que reluce entre las palomas de la humedad,

faro de mi isla escondida,

sol que con su aliento aparta de mí el rumor acuoso

y te deja clara,

con la blancura feliz del estío en la piel,

y una rosa de luz en los párpados.

 

 

 

 

 


sábado, 18 de febrero de 2023

El doloroso frío de la vida

 

Hace frío.

Mucho frío.

 

Un frío de silencio y árboles desnudos,

no hay calor en las calles, el fuego es lejanía,

rememoración de la desnudez

junto a la chimenea del hogar,

ramas quebrándose en azul y rojo,

restallando como duendes sobre las ascuas,

espejismo de imágenes entre flamas y lentas espirales de humo.

 

Hace frío en la noche, cuerpos rígidos sin pedestal,

inmóviles como rosas de piedra,

no hablan, no se juntan,

suceden en el vaho con su carne rojiza,

sus labios de rocío,

sus espaldas vestidas por el alud de las horas

que son flores de enero.

 

Desposeídos, sin que el sol sea un tizón en lo alto,

un manantial de luz y áridos paisajes,

una lengua que abraza los cuerpos

con el íntimo rumor de los geiseres,

un ojo sin nubes que expande su química

de solsticio y claridad.

 

Hace frío en la escarcha de tus dedos,

hace mucho frío si me miras con párpados de cristal,

el frío es la piel de los hombres,

la carne de las mujeres,

el corazón de los niños.

 

Llueve un frío sin color que se palpa en el aire,

estalactitas de oxígeno,

pináculos de nieve en las cornisas,

hace tanto frío que las amapolas del jardín son blancas.

 

Qué frío en mi alma,

qué infinito es el frío de la vida

cuando no hallo calor

ni fuera ni dentro de mí,

y sufro.

 

 

 


viernes, 17 de febrero de 2023

La herida

 

Esta grieta de ámbar y sol, duele.

 

Duele la mariposa atrapada por mi noche,

duele la sangre en la palabra,

fósil como un caballo de piedra.

 

Su cicatriz no es de espuma,

es una ráfaga sin aliento

color carmesí en los pétalos de la alegría.

 

Rememoro la sintaxis de los horarios

en aquella juventud de pómulos rojos,

busco la razón de una punta

que tras el filo hiende la piel,

intento volver a la rosa que golpea,

a su músculo atroz de serpentinas abriéndose

como flores de escarnio

en mi voz

y mi sed.

 

Es su dibujo una mueca en el espejo,

es un pájaro sin alas,

es la fiebre del desdén

y su quemazón de ascua

en mis ojos.

 

Hay un jardín de espinos

donde el oro finge ser una corona que palpita,

hay odres y ungüentos en los verbos perdidos,

hay una cruz en el silencio que nombras al irte

cuando ya no quedan más

que una flor en tu vientre

y una cicatriz en tu alma.