El color invisible que deja un nombre al transitar los sueños.
Si la costumbre no perdió sus alas de mariposa azul,
si en los trenes de la madrugada tu voz se escucha
igual que un latido de inalcanzable luz, si detrás de la celosía
te peinas sin que yo sienta en mis cabellos el temblor de tu mano
al desenredar la ola que acaricia el desnudo hombro; yo buscaré
entre la hojas mojadas de mi árbol hasta encontrar el rastro de tu nieve,
tan fría como el olvido, tan estéril como el recuerdo.
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