viernes, 21 de junio de 2024

La cicatriz de mi nombre

 

Hay en ti memoria del árbol que abandona en el mar su ramaje,

porque en el azul de tu vestido he visto el mapamundi de las islas

inhabitadas; y más adentro la catedral del bosque con su fuente

que reverbera bajo la luz donde las mariposas son abalorios

que cuelgan de los troncos envejecidos, y el color finge

no ser color para que la ninfa oculte su perfil de agua

bajo las flores que el aire mece con el arrullo de una música

de trinos dulces en las horas de un mediodía fugaz. Pero hoy,

en las estelas que dibuja el mar junto al roquedal del espigón

has arrojado semillas de púrpura, y, también, una flor blanca 

de pétalos carnosos como labios húmedos que flotan junto 

a la cicatriz de mi nombre, ya convertido en pez de tu estanque,

en cauce de tu río, en rumor de tu ola eterna.


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