domingo, 11 de agosto de 2024

El faro

Por tu latido de luz insomne se guía la luna

bajo el tenebroso silencio del mar, veleros

que ven el ojo de un dios amarillo proyectarse

en círculos como un haz que traspasa la piel

de la tiniebla, un alfil que en la testuz luce

corona de misterio, vigía que ha visto el crepitar

de las olas cuando las noches salvajes eran un negro

leviatán, la zozobra del galeón entre el fragor de la espuma

y el aire que levanta muros con crestas blancas, elevándose

como un potro enloquecido sobre la raíz líquida

de un océano que levanta su voz de animal moribundo

entre olas que no vuelven al seno de la quietud;

tú que no satisfaces el ambicioso botín de los acantilados,

tú que nos alejas de la columna rocosa del manto submarino,

tú que nos adviertes, sin fin, de  la atracción suicida del litoral, 

sé un dedo de luz que nos lleve hasta el puerto antiguo al que arriban

los navíos que regresan del confín ignoto al refugio de la dársena,

allí donde el espigón calma los arrebatos de este mar omnívoro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario