sábado, 20 de julio de 2024

Solo se vive una vez

Hay un sol invisible que ilumina los ocasos de tu luna;

todo tú sombra de las sombras en la plenitud del mediodía,

amante del silencio que niega el jolgorio de las nubes

al derramar sus islas de agua sobre la piel del mundo,

en ti la noche es claridad cuando entre las rosas

de la penumbra fulge un adiós de cometas vírgenes,

apagadas como el tizón que anuncia un rastro de ceniza

en tus pies de ave fugaz, en el tímido gesto con que vistes

la memoria de no haber sido luz mientras caían sobre

las horas de tu ayer extraños laureles de castidad como

maná sin hambre, como lluvia sin río, como invierno sin nieve.

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