Hay quien no le da importancia.
Hasta hay quien considera que saber mentir
es una virtud para desenvolverse en este mundo.
Por mi parte no hay cosa que más odie.
Aquel que miente no respeta al otro,
lo manipula y sin recato
- y por su propia conveniencia-
lo traiciona.
Aunque si le mienten a él se indigna, dice no merecerlo.
Es como si la mentira fuera un derecho que hubiese patentado,
debido a lo cual solo a él corresponde el usufructo.
A eso yo le llamo echarle morro a la vida.
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