martes, 22 de julio de 2025

El poema

 

El aguijón de luz de la tarde se posa en sus dedos

como una lengua mansa. Lee, quieta y dulce,

los misterios de un verso. Hacia qué murmullo

de ángel, desde qué isla de temblor, adónde irá

el arco iris que nace del poema si en sus ojos

reverbera el sol de la palabra, si en su corazón

grita el viento el aullido de la noche, si duelen

las sílabas en sus labios mudos, si llora al repetir

para sí los ecos de cada letra que huye, una vez

nombrada, con el faro de su luz en el alma aún vivo.


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