viernes, 11 de julio de 2025

La decadencia

 

¿Qué forma de vuelo silba en el tránsito, en qué respiración

caben los ecos que visten las aceras, el mistral que daña con frío

las raíces? Sucede la fina hilatura en el mar sin tregua de la luz,

pasan los silencios por la dureza negra de las pestañas, sopla

la lentitud en el ojo que se abre al fluido frágil de las nubes;

soy neblina en el éxtasis del resplandor, un meteoro callado

que vaga por la corriente impertérrita de la memoria; un alud

suave rompe la voluntad de ser perpetuo, y danzan los enigmas

y envejece la piel que aja la cortina del destino mientras la vigorosa

luz, el canto de la lluvia, el océano infinito, los eclipses que fueron

llaga en los pasos que di, las inscripciones que mis labios repiten

con nombres sin vocales, la secuencia de los pájaros en el azul

como una metáfora del tiempo hallan senectud en los latidos

que ya no gritan, enronquecen igual una voz raída por el músculo

de la edad, lo mismo que un árbol vacío de ramas ante un aire

duro y cruel que anticipa los inviernos que vendrán cuando ya no

exista flor en la desnudez de sus apéndices vencidos por la noche.

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