jueves, 17 de julio de 2025

El tiempo circular

Va palpándose como cuerpo creciente, por sus vericuetos

hay algas y fluidos, cimas abiertas a la luz y epitafios escritos

en una caratula de piel, a menudo escoge una bandera bajo

el túmulo del azar, ¿qué país, qué isla, qué nube distraída

lo habitan? y retoña por las estaciones del arco iris, baja

al caudal de un río eterno, describe un reloj que muerde

los cabellos de la noche y naufraga en historias, de carne

y huesos, cada vez mortal y cada vez brotando de su misma

semilla como un dios ahíto de minutos, lanza al espacio

las serpentinas del día, te lleva al fulgor y a la oscuridad

en un vaivén de cometas absurdas, en un trazo colérico

muerde la raíz de su cola porque en los tobillos luce grilletes

de insomnio y vuelca en el dolor su cántico inmortal, como

un ave fénix a la que hiriera infinitamente el renacer de su cuerpo

está en ti y en mí desnudándonos, despojándonos de savia,

para que en el mustio árbol que sostiene nuestros nombres exista

otro abril bajo la primavera fugaz que colorea el flujo de sílabas

que en la voz impulsa los sentidos que claman un espacio de luz 

entre los limites que forjan el origen y el final de una vida.



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