lunes, 22 de agosto de 2022

Mi alma

 

Animula, vagula, blandula

Adriano

 

Esa voz que no duerme, también es mía.

 

El mundo cabe en su luz de foco encendido,

en su mansedumbre de oración al alba

cuando los alfileres de la noche

aún no han volado.

 

Se adapta como horma de vida al acontecer imprevisto,

ríe o llora, pero nunca en el mañana,

esa arcadia feliz donde amanecen mis sueños.

 

Apostó conmigo y contra mí,

me desdijo y me animó

como una amante anima al cómitre de la luz,

como un párpado, siempre abierto a la claridad,

no deja de exhibirse altivo.

 

Es, a la vez, juguete lúdico y animal sin forma

que acaricia mi despertar

cuando el dolor extiende sus alas de martirio

sobre la cruz del día.

 

Morirá junto a mí, sin quejas,

amordazada a mi piel, a mis huesos y a mi corazón

como una sábana que tapase, a mis ojos, la vida.

 

 

 


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