martes, 30 de agosto de 2022

Gritadme

Recogiéndome como una alfombra de carne y huesos

voy creando el espacio que amortigua los sonidos de la vida.

 

Mi mente se aísla, niega la percepción audible,

invoca los recuerdos, se escapa a sus abismos.

 

Nadie me habla, nada expulsa sobre mí sus decibelios rojos,

en ningún lugar mis oídos me traicionan.

 

Persigo a la mudez como el lobo persigue la noche aterradora,

soy la rama del silencio, soy el árbol que no escucha.

 

Gritadme, y ni aun así despertaré al tumulto donde las ciudades nadan,

donde los barrios son estruendo de colmena, confusión de jauría.

 

 


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