Ya no es un
túnel abierto la calle.
Hay una identidad
de humo en los rostros,
una voz
rota en los comercios,
una extrañeza
en la gente
que se
cruza, solitaria.
En la plaza
un joven lee
-botas de
fieltro,
el anorak
azul, desgastado-
un poema de
amor.
De aquí fui,
en otra vida.
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