Son una mácula roja que pace sueños.
En el carro celeste el sol me abraza,
de la isla, como un redil amante,
brotan espigas de oro, yerba que se alza
sobre la ungular quietud de los mamíferos,
un agua de torrente riega el valle con rocío de luz.
Dos seres, el perro bravo, bicéfalo
como una doblez pérfida,
el hombre enjuto, de bíceps amorfos,
custodian la paz de los bóvidos
bajo la niebla sombría.
Basta el preciso tajo en sus cuellos vírgenes,
bastan mis hábitos de pastor
para que me siga el alud de esta carne enrojecida.
Y vendrá aquel que es triple como un desliz del
capricho,
altura que roza con sus quijadas mis hombros;
lo esperaré donde el norte se refugia en un oleaje
mortal,
con el veneno de una flecha
se matan las almas del poseído.
Y crecerá un faro que llamará a la Atlántida,
Gerión azul, Cruña legendaria
junto a un haz de fuego que la corona.
*Según la leyenda Hércules mató a Gerión en el lugar que hoy es la ciudad de A Coruña. Sobre su tumba mandó construir el faro que lleva su nombre, Cruña fue la primera mujer que pobló la futura ciudad.
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