¿Es amor este libar los segundos que soy,
alimentarte de mí, crecer impertérrita
como un aljibe omnímodo?
alimentarte de mí, crecer impertérrita
como un aljibe omnímodo?
Compañera pasiva de mis silencios,
fuiste partícula en el origen de la simiente,
embrión que cuido
porque te pegas a mis latidos
igual que una niña triste,
muda sombra de almanaques suicidas,
voraz araña que espera la fatiga del aliento,
el surco pétreo de la piel, el osario roído por el tiempo.
Me susurras con tu voz de alma vieja
una letanía de oráculos por descifrar;
al final de tu abrazo hay una luz inédita,
quizá el sol de la nada, quizá un amanecer de ángeles,
el aura del limbo, el fuego de la atrocidad.
Ven a mí en el sueño,
no en el grito del dolor,
ven con tu boca desdentada,
tu saya negra;
dame el beso que concluya
el caudal de vida que se extingue.
Sé la novia del olvido.
Muy triste.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Amapola. Un beso.
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