Como perras de hambre infinita, blancura cuatralba,
ijares de fuego contra el sol, el sudor limpio en la
testuz,
los belfos que humean bajo el frío de los planetas,
cuál
es la impar sombra de la nieve, cuál el trote en
desiertos
de aire, cuál el relincho perenne de la hambruna.
Probad
la carne del amo, sentid su devoto alud, la calma en
el costillar,
una caricia de semental, su semen alado, la espuma en
la sangre
del gran equino, cascos que resuenan en los confines
como látigos
de imperio, el Magno monta a la luna, Bucéfalo grita
su nombre.
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