Cuéntame lo que tú ves

Aquel niño no juega con la luna, es la luna.

Encógete como un gusano antes de la luz,
escucha al tordo, su canto fugaz,
en el ventanal el tiempo no pasa,
eres tú quien pasa.

Ella regresa sin irse,
es una paloma que sueña con cornisas azules,
extraño
ser.

El perro me ladra porque estoy triste,
la inocente 

sabiduría 

del perro.

Hay un árbol que no da sombra,
por eso me cobijo bajo sus ramas,
para sentir la luz.

Un automóvil sin ruedas es un ejemplo de quietud,
tu madre me mira como si fueras tú en el mañana,
yo te miro
y aún no,
aún no.

Cuéntame lo que tú ves, 

hazme tu cómplice, 

sueña conmigo.