Al fondo del espejo están todos los que te han mirado.
El que no le importa verse,
el que sufre por el color,
el perfil,
la geometría de un rostro,
el amigo al que hablas como si la voz que expulsas fuera
canto;
la sombra de ti que vas dejando en los días,
una pátina invisible de tiempo en las pupilas,
el hombre oculto en el bisel
que espera el futuro con la sien blanca
y los ojos sin mar.
Al fondo del espejo el túnel se abre a la luz
igual que una vulva incandescente,
fulgor de plata,
cadencia de estrella recién nacida,
ósmosis del estallido
que dentro de ti
brota.
Bonitos e inspirados versos.
ResponderEliminarEnhorabuena.
¡Gracias, Amapola! Un abrazo.
ResponderEliminar