La luz estalla en la habitación como una flor abierta.
El hotel es un diente de cristal
que se alza tras las dunas
con pijama de sol.
El beso de la claridad ilumina tu piel,
un hilo azul teje el perfil de las cosas,
el silencio habita las paredes como un viejo amigo
que calla.
Tiene agosto una luz sin pasado,
de adolescencia nueva
que brota a la mañana
como un pichón feliz.
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