En lo hondo, en lo más hondo de ti
conservas el misterio que da razón a tu vida.
Puede ser el último aliento de un animal herido,
el haz invisible de los músculos por donde circula la sangre del amor,
el corazón y su halo de coros alegres en el silencio de la noche,
la volátil sombra de una reflexión que no dejó huella
en las líneas de un escrito borroso.
O quizá esta ausencia de carne cuando más se escucha su áspero latir,
lejos de mi ansia irreal por ser de nieve
para diluirme como se diluyen las olas
en el agua embravecida de un océano sin paz.
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