martes, 19 de marzo de 2024

El amado

 

Alguien te regaló su entrega y fuiste nido de su hambre.


Por eso no eludas los pétalos de un amor

que en la realidad cotidiana convivió

junto al desdén de tu silencio.


Acoge la fortuna de saberte un faro

que ilumina la espera y el pensamiento de otro

igual que la luna es el misterio inspirador del poeta

cuando no alcanza la luz del sol a su eterna noche.


Y aunque un día se aleje de ti

-el viento del deseo es capricho y azar-

sin decir un adiós, piensa en el don que recibiste

como plenitud y no como ausencia.


A menudo crece en el jardín de la vida

un rosal que siempre dará flor,

si tú riegas su memoria con el agua clara

del más fiel de los agradecimientos.


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