miércoles, 27 de marzo de 2024

El ángel de la lluvia

 

Caminas por el parque como flotando en nubes de escarcha.


Te moja la lluvia de noviembre

con sus cristales líquidos de bendición tardía

mientras en el gris de la luz

los fantasmas del tiempo

escoltan el fluir adolescente de tus pasos.


Y es que en tu memoria la ciudad resucita con perfume de alhelí,

y el sol del estío baña el color de tus ojos

con la luz de una tarde ya madura.


En el jardín del otoño, las hojas caídas y el ocre de los árboles,

que destellan por un momento, con sus ramas vestidas de agua,

la música de las fuentes que tintinea con melodía de cántaro

llenándose de paz, el trino del ave junto al río

como un ardid de ninfas que ocultan su voz;

no te permiten ser el ángel de la lluvia

en la ciudad insomne de un agosto añorado.

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