sábado, 30 de marzo de 2024

Como la lluvia de abril

Eras de agua y te vestías de bruma

con tus altos pechos manando

como fuentes de lluvia y rocío.


Al llegar la noche el húmedo perfil de tu rostro en los cristales,

contorno frío que se desliza en gotas de escarcha,

moría con la sed de los mirlos

embrujados por la luna de abril.


Y así cautiva del baile de un viento que azota tus caderas

te mueves al azar bajo las nubes que ensombrecen el sol;

y nos dices adiós con los ojos de una niña

que se niega a vivir en los desiertos.

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