domingo, 10 de septiembre de 2023

La juventud

 

Y es que somos nada, pero lo tenemos todo.

 

Un jardín prohibido que guardas bajo tus axilas de oro,

tus rodillas en mi vientre como una victoria del deseo.

 

La desnudez tuya y la mía en una cama de alambres florecidos,

la risa y los atardeceres que, para mí, son tu rostro en un malecón sin olas,

el silencio de las miradas que estallan en los ojos igual que fuegos artificiales,

la sed de un relámpago en el corazón de tu sien dormida.

 

El río por el que navega mi horizonte, que eres tú,

líquida, inmortal, en tu misión de verterte en el día,

los propósitos y los miedos, el viaje entre palmeras

protegiéndome del sol con tus ramas niñas.

 

Y el misterio de convivir bajo los sexos vírgenes de la juventud,

y tu voz, y tu piel, y tu esplendor y mi ceniza,

el molde en el que ya no soy yo, sino el perfil

que tú me das cuando te acercas a mí como una sombra.

 

Y es que lo tenemos todo, aunque seamos nada.


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