Añoro la música que ya nadie
escucha,
los viejos films en blanco y
negro,
camino las calles que en mi
ciudad lucen aquella
máscara que aún descubro viva,
guardo cien libros
en una estantería apolillada,
escribo poemas
que duermen en el olvido de
una página sin lectores,
me sigue la lluvia que acompaña a las
palabras,
las que yo a solas digo, cuando hablo
para mí
en el recuerdo.
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