sábado, 22 de agosto de 2020

Ojos míos

Membranas de transparencia,
en qué lugar vuestra cóncava magia,
bolas de cristal, anfibios ejes,
los hoyuelos del color chispeantes,
retina donde los sentidos forman un símbolo,
pupila misteriosa, sin fondo, que absorbes la cándida luz
y los paisajes del ensueño, ojos míos
que os divertís en otra vida, tan imposible,
con las huellas invioladas desdoblando la fantasía,
el pudor, los laberintos ágiles.

Imagen que buscas un catafalco,
aquí el globo azul de la memoria,
aquí un crisol de fotografías
o films que rebobinan la distancia,
el espejo en el que veré la transida réplica del color,
la nieve y el disparo de la luz.

Ojos de ámbar que rozáis mis párpados,
no dejéis de ser una puerta invencible sobre el muro del tiempo,
habladme del infinito, amarrad la vida a vuestra frágil red,
escoged un punto para darme la pulsión que pueble mi sangre,
haced de mí un ruiseñor que trine en cada invierno,
enseñadme la cumbre del arco iris, el movimiento de los planetas,
la eternidad de las auroras, el amor como brillo de espuma,
la pausa bajo el árbol, tu cuerpo desnudo.

Todo se agrieta
y es un débil crepitar
este murmullo de sombra
que, lentamente, apaga mis ojos.









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