Yo puedo imaginar un significado, más allá de la convención social.
El género pone atributos en el mensaje, adornos o adustez,
la lírica de la raíz o la belleza de la flor. Hace falta un verbo
que indique la luz en la oscuridad de los nombres. Describo colores,
gustos, cualidades y las palabras ya son voz. Cómo vestir una frase
sin que afirme mi yo, cómo saber si el pájaro, el hombre, la cosa,
lo intangible designan realidad. Delimito el lugar, sitúo en el reloj las identidades
del tiempo, sé que hay un espacio donde vive el sentido de lo que mi boca
expande en la fría marquetería del aire. Los adverbios son míos,
la arquitectura de un texto es mi isla del tesoro. Déjame vivir
con tu sombra junto a mí como un hiato que besa.
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