miércoles, 1 de julio de 2020

Aquel instante

En cada vida hay un instante crucial.
Su preámbulo no lo imaginas, lo has soñado,
eso sí, pero en otro lugar, en otro tiempo.
Y es que el tren era el viejo tren de siempre,
la noche igual a la última noche, el día
se repetía en el vacío, faltaba la palabra,
el decir de una fuente que nunca antes manó.
Recordarás el olor del aceite, la estación
en penumbra y las farolas de las calles
como una rebelión amarilla. En tu mirada
la desnudez de mi nombre pensé que existía.
Tu rostro, tan cerca como la familiaridad
del perfil en un espejo, tus manos blancas,
los sitios comunes que nos visten. Y ese adiós
de pájaro que volverá a su nido mañana, esa
sensación de que el futuro son nuestros cuerpos
en un rondo infinito. Nunca existió un relámpago
más dulce, un relámpago que sobrevive en la memoria
como una estrella que deja atrás su luz.

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