sábado, 11 de julio de 2020

Solo

Todo el aire es mío. El silencio declama una letanía
de labios sellados, la luz llega sola como un ciclón de mármol.
El reloj es un eco omnívoro de onomatopeyas azules,
la telaraña sobrevive en milímetros de eternidad,
los sonidos tienen hambre de voz, tú conoces el misterio
que les hacía reír. Desde mi habitación no se escucha el viento,
ni los cláxones, ni la algarabía, ni el silbo de la ola. Solo,
con la luna de ayer en mis pupilas, y en el corazón, la espera.

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