El verano florece. La luz es un estallido de claridad
que incendia los ojos. Cuerpos que ya no ocultan
su carne, tráfico y arenas, sed y lujuria. El calor
abraza el fiel de tu miedo y baila contigo la canción
de los sueños. Bares y terrazas, voces indistintas
en una cacofonía atroz. El Marlboro se consume intacto,
mientras yo contemplo el mar, color lapislázuli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario