Es la tierra del brezo y el jaramago,
es la luz vistiendo a la luz con voz de eclipse.
es la luz vistiendo a la luz con voz de eclipse.
Un aire cálido y frutal,
la marisma azul
y el vuelo de los pájaros sobre la isla.
Hoteles blancos de cal,
rostros del norte en la calima sur,
un cantil con guirnaldas de olvido.
Qué extrañeza para quien vivió con la lluvia de los cielos oscuros,
qué color perdido
-verde opaco, verde crisol, verde jade-.
Y aunque el mar sea el mismo mar
las olas acuden con distinta memoria,
con otro eco,
como un murmullo de delfines,
como unos labios que cantan
con la pasividad insolente
de las mareas sin luna.
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