El frío y la lluvia invitaban a no salir.
Cerré puertas
y ventanas
y encendí la luz.
Llegó de pronto la infancia.
Y fue como la alegría de recuperar
aquel primer amor
que jamás olvidé.
Me comentó que aunque todos estos años
no la hubiera visto
en realidad ella nunca se mudó
de casa.
Su casa que es mi corazón, todavía.
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