Es común la opinión
de que con la edad
el buen lector
retoma las lecturas
que marcaron su vida
-en especial
las de su adolescencia
y juventud-.
Yo, en cambio, las rehúyo
por el miedo a descubrir
que ya nada me dicen.
Camús, Salinger,
Martín Santos, Cioran
Dostoievski, Kafka…
perdonad
a este pobre
cobarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario