Lo bueno y lo malo
llegan, a menudo,
sin avisar.
Un día aparece el amor
o te toca el gordo de la lotería de navidad
o recibe un premio
aquel libro de versos que publicaste
y que ya tenías olvidado.
Otro día enfermas,
sufre un accidente grave de coche
alguien de tu familia
o no consigues un objetivo
que perseguías
con ahínco.
Hay que estar preparados para todo.
Pero mientras tanto
disfruta con el presente
que es la gran parte de los momentos
en que nada
especial
pasa.
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