Decías que la memoria de los peces es
azul.
Te vi en una fotografía, la piel alba,
los ojos del color de la noche,
las manos en el regazo como palomas cansadas.
Decías que en mi pecho el árbol de la
vida no daría fruto.
Decías que la ternura solo brota en
el silencio
como si fuera un ángel mudo.
A veces yo regreso a mi infancia
y allí no estás tú.
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