jueves, 22 de junio de 2023

Nuestra huella de lluvia


 

Llega la impertérrita lluvia.

 

Su fruto de agua cae sobre mí

porque me ofrezco cada vez que se derrama.

 

La lluvia no es monotonía sino canto,

no es solo la tristeza gris del cielo,

es una celebración de moléculas vivas

que danzan sobre el aire como manantiales infinitos.

 

Mójame lluvia del atardecer, posa tu oración de cortina airada

en mi mansedumbre, vísteme con tus flores alegres

que son rocío múltiple, catarata de amor, savia líquida

que ignora la sequedad.  

 

Eres símbolo de la memoria de la vida

al deslizarte ciega por la piel de las ventanas, fértil

como una diosa antigua si entregas un sol de agua a los campos,

melancolía en el hogar si el tacto rítmico de tu caída

evoca los tiempos de la luz y la fiebre juvenil

que yo soñaba inmortal.

 

Soy lluvia al recordarte,

lo digo una vez más,

porque la lluvia es una huella

en un charco que nos nombra,

mi huella y la tuya que son la misma huella.

 

 

 

 

 

 

 

 


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