Yo
quería ser raya de tu pantalón ceñido.
O
hilo de cabello que, derramándose,
ornara
el óvalo de tu faz.
Yo
quería ser en tu nombre la letra más importante,
quería
ser el mar de tu olvido, esa orilla donde duerme
tu
corazón maltratado.
Quería
que tu aliento llegara a mí
como
un perfume invencible, quería que en tu lengua
mis
palabras crecieran, múltiples.
Yo
te vi huir del refugio, hacia el confín desnudo de la aventura.
Vi
la flor de tu sexo que buscaba abrirse, como un pétalo caer
sin
que le importe en cuál hoguera.
Vi
el temblor del futuro en los iris negros de la ambición,
vi
como en el fulgor de tu noche no estaba mi perfil,
ni
mi luz extinta, ni mi espejo donde ya no te reflejas.
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