jueves, 27 de octubre de 2022

Tu nombre me llamó, dejé la gran ciudad

 

La partida de un tren fue el arranque,
al final, una curva ante mí, la llamada.

Se multiplicó el aliento de la especie,
se multiplicaron los números en los dinteles,
se multiplicó la presencia de los mendigos a mi lado.

Pero el cosmos brotaba como un jardín,
yo busqué las raíces del espectáculo
tras largas colas que negaron los inviernos.

Me perdí en los barrios inhóspitos,
anduve por las alamedas y los parques vacíos
sin que importara el fluir de las estaciones,
visité monumentos que solo había conocido en los libros,
la representación de los teatros abrió a mis ojos
los mundos invencibles, los diálogos celestes,
un coro de palabras que brillaban, como estrellas, en la infinitud.

Por la autopista de los días descarrilé, en la última curva
del camino vi un nombre que me llamaba a otro lugar, lejos.

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