jueves, 13 de octubre de 2022

La siesta

 

Cierro mis ojos

y en la pantalla de los párpados

te recuerdo.

 

Mientras el sopor me cubre soy el joven que un día fui,

soy tal vez esa sombra que solo aparece

cuando la luz se aleja y en el teatro oscuro de la casa

resurgen el mar y las calles, el cine y los paseos a solas,

el beso perdido y los brazos entrelazándose

en una urdimbre eterna.

 

Dentro de mis ojos se rebobina una película que nunca tiene final,

respiro la calma, el feliz encuentro,

un baile al atardecer, la risa de los sábados

después de la ebriedad.

 

El reloj estalla y dejo a mis fantasmas en la alcoba,

todavía somnoliento un café espera

a que mis labios se acerquen a su fondo negro

donde beberé de lo real una ración de inevitable presencia.


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