Tu alegría
me basta,
encendida eres
un sol pequeño
que ilumina
mi sombra.
Y me llevas
de la mano
y me alzas
con tu vuelo de pluma,
cantas de
noche como un búho alegre,
con tu cuerpo abrazas el corazón de la luz
y me lo entregas
con rayos de amor en su pálpito.
Ríes y tu
voz trina como un pájaro al amanecer,
a mí que no
creo en el futuro me enseñas territorios de nieve,
islas
tropicales, un hogar donde reine la paz
y nos aliente
una brisa cálida.
Me
contagias como un árbol contagia de vida a su flor,
me doy por
entero a ti, igual que la corriente indómita
me llevas
al azul, te defines río.
Y ahora, nada
conmigo, enséñame a vivir.
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