Cargo con este baúl líquido y soy feliz.
Soy feliz porque navegan entre luces
mi infancia, mis desvaríos, los miedos
y un fulgor extraño de palabras que flotan
como limbos sin patria. Río de incendios,
musculatura que un gen invoca y expulsa
en la doblez de la vida, instinto alegre del existir.
Mis arterias siembran amor y caen igual que lluvia,
son largos hilos, túneles o dameros de filigrana y
nieve.
En el fruto del aire vendimian los rastreadores, venas
silenciosas que remontan, salmón que sufre al volver
al éxtasis donde las células se rompen igual
que fuegos artificiales, perennes, rojos, vibrantes
en su lienzo de esplendor. Soy molino y turbina,
soy un electrón múltiple que modula sus arpegios
como un canto que brota de una fuente roja.
Sueño porque mi colmena existe, vivo gracias
a un sol invisible que no conoce el alba, su fugitiva
nave, regresa y regresa a mi centro, color púrpura.
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