miércoles, 7 de febrero de 2024

Tu fuente

  

Ya no me reconozco en los cristales ni la lluvia

es la misma de entonces. Palabras sin eco bajo

los alfeizares mientras la luz dibuja un arpegio

de claridad en mi rostro, no estás tú, señora

de los pájaros, para volar en mis sueños

como un colibrí exhausto, lejanía de tu voz,

pasión de tus alas en el nombre que pronuncio a solas

cuando la memoria es un candil que refleja la osadía

de tu vuelo en mis ojos ausentes, en mi hoy desnudo

de relojes, metáfora del pasado tu edad si en los patios

de las iglesias no habita ya la sombra que fuiste ni vibran

los timbales en mi corazón al pasar tu perfil por las rúas

de antaño, ni la palabra como un dulce sonido de cítaras

acaricia nuestros cuerpos con la sintonía adolescente de un ayer

que retorna sin prisa igual que un exiliado a su morada,

hogar que de pronto se ha vuelto olvido y extrañeza,

páramo donde existía un vergel de juventud,

oscura sed donde tu fuente saciaba, sin nada a cambio,

mi amor, silencio donde los susurros eran de cristal

como los sueños que viven en las lámparas al apagarse.

 

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