martes, 27 de febrero de 2024

La luz

 

Me poso en la sombra de tu nombre para darle claridad,

salgo del vientre del sol, doy calor y vida a tu mundo

de ritos y ensueños.

 

Recibes en la piel mi fuente blanquísima como un agua bautismal,

tengo infinitos ramales de transparencia, de la raíz de un árbol soy savia,

de la planta su sangre que despunta en flor, lo oscuro es mi revés

como la noche lo es del día.

 

No escucharás de mí otra cosa que el silencio,

podrías estar ciego si en la retina de tus ojos solo hubiera negritud.

 

A menudo me confunden con un dios cuando yo soy nada sin ti.

 

Únicamente existo para que tú existas.

 

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