sábado, 24 de febrero de 2024

El fuego del hogar

 

Crepitan los leños con sus quejidos corales,

el humo crece hacia la recóndita bocana de la chimenea,

una luz amarillenta y rojiza aflora a tu tez,

da rubor a tu piel ya húmeda de sentir la lengua viva

y caliente de la llama.

 

Los dos callados como estatuas de carne

que miran la magia del tizón enardecido,

la danza prodigiosa que inició la yesca

prendiendo en la noche con la ayuda de un papel

y la brasa de un cigarro que de pronto yace entre mis dedos

como un cilindro que se consume igual que la vida

se consume en mi corazón envejecido.

 

Y muere también la madera en crisol de ascuas

mientras reflexiono sobre la humana condición

que nos regaló un día este bien preciado

gracias al cual sobrevivimos

ante el frío hostil de los más duros inviernos.

 

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